El conmovedor relato de la conductora del subte que casi pisa a la mujer tirada a las vías

Roxana fue la encargada de frenar la unidad que casi termina con la vida de una señora que cayó a las vías empujada por un hombre.

El conmovedor relato de la conductora del subte que casi pisa a la mujer tirada a las vías
El conmovedor relato de la conductora del subte que casi pisa a la mujer tirada a las vías

La tragedia parecía inevitable en la estación Pueyrredón de la línea D del subte, en Buenos Aires, pero el destino quiso que Roxana Flores estuviese en el momento y el lugar indicando para evitar la muerte de Andrea.

Todo pasó en cuestión de segundos, y las imágenes se volvieron virales. La mujer de 54 años iba a su trabajo como todos los días, mientras esperaba en el andén fue golpeada por un hombre que se desmayó y la desplazó hasta la fosa en la que se encuentran las vías por las que se desplazan las unidades. 

En ese breve instante, que generó pánico y desesperación entre las personas que también estaban esperando ahí, el subte llegó a la estación, pero el rápido accionar de la motorwoman de turno evitó que impactara contra el cuerpo de la señora que estaba inconsciente. 

"Hice lo que podría haber hecho cualquier compañero, pero Dios estuvo en el medio", reconoció con humildad en diálogo con Clarín la mujer que se convirtió en la heroína de la semana.

Su gran reacción la llevó a una gran exposición por lo que "el psicólogo de la ART me dijo que trate frenar un poco y estar tranquila", confesó la maquinista que trabaja para Metrovías desde hace 25 años. 

A su respuesta inmediata, se sumó una gran ayuda propia del subte: "La línea, en distintos puntos, tiene una engrasado automático que tira grasa al tren para que no chille. Seguramente muchos sabrán de ese chillido que puede hacer el subte, a veces. Antes, entre Facultad y Pueyrredón pasaba mucho y eso mejoró... ahora está lubricado".

"El tema es que a veces queda muy grasoso y hasta poner el freno de emergencia puede ser como poner el pie arriba de un jabón. Frena, pero es una frenada un poco más larga", explicó. Pero las circunstancias eran las indicadas y "en esta ocasión se dieron todas las condiciones: el freno funcionó bien, Dios estuvo ahí. Y no era el momento de la mujer. Eso pienso".


Roxana Flores y sus colegas.  | Gentileza Clarín
Roxana Flores y sus colegas. | Gentileza Clarín

Roxana sintió una conexión especial con Andrea: "Tenemos casi la misma edad. Ella tiene 54 y yo 51. Debemos tener hijos de la misma edad, incluso". Y aunque todavía no se ven personalmente, la foto pronto tendrá lugar: "Sí, me propusieron conocerla. Me dijeron en qué clínica está internada y todo. Y que los hijos me querían dar un abrazo por salvarle la vida a su mamá. Que era el mejor regalo del Día de la Madre".

Roxana es madre de una hija de 26 años, quien después de lo sucedido le confesó todo su orgullo: "Me dijo lo que te dicen los hijos... bueno, nosotras somos muy compañeras. Me dijo 'mamá, sos una genia… sos mi ídola".

La motorwoman en su tiempo libre se dedica a ser revendedora de cosméticos y a la repostería. “Cosméticos de dos marcas, hace como veinte años que lo hago. Y las tortas… no sé…hice el curso hace como siete años y vendo por encargo. Por un lado no me gusta estar sin nada para hacer, pero además mi canalización de estrés se despliega ahí, en la repostería. En hacer la decoración de una torta”.

Antes de llegar  por primera vez a los subtes, Roxana fue azafata de ómnibus de larga distancia. "Lo hice hasta el cuarto mes de embarazo. Ahí ya no quise seguir viajando más. Llegué a un arreglo y me fui, pero estuve sin trabajo 11 meses hasta que en el 94 entré a Metrovías".

Estar al frente del transporte público implica que Roxana le ponga cuerpo y alma, además de lidiar con fuertes críticas y escaso reconocimiento: "Lo que no me gusta mucho es que por un desperfecto de la formación o algún eventual, como pasó en este caso, o cuando se atrasa la línea y se hace un tráfico corto, te digan de todo, desde insultos hasta escupirte. O gritarte 'vagos, ya están de paro'. La gente mezcla todo. Eso no me gusta porque la gente generaliza"

Pero con optimismo concluyó: "Es cierto lo del reconocimiento. Cuando está todo bien, está todo bien. Y cuando está todo mal, está mal. Pero me gusta lo que hago. Lo hago todos los días. Y lo hago con ganas".

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