La delicada situación del presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, tras conocerse que cobró por asesorar a Odebrecht cuando era ministro se agravó con el alzamiento de la oposición, que amenazó con destituirlo si no renuncia.
El partido populista de derecha que controla el Congreso, Fuerza Popular, considera que existen "pruebas concretas de actos de corrupción" cometidos por el mandatario, que llegó al poder con un programa de centro de 2016 y debe gobernar hasta 2021.
"Es evidente que su permanencia en el máximo cargo de la nación es insostenible", dijo Daniel Salaverry, portavoz de la bancada parlamentaria de Fuerza Popular, partido que lidera Keiko Fujimori.
"Aquí lo que el pueblo peruano exige es que el presidente renuncie y que se dé una transición constitucional para que el vicepresidente de la República asuma la presidencia de Perú", agregó.
La formación dio a Kuczynski hasta este jueves para dejar el cargo. De lo contrario pedirá su destitución a través del Congreso.
La constructora brasileña Odebrecht, que admite haber sobornado a políticos de toda América Latina, reconoció haber pagado casi 5 millones de dólares por asesoramiento a empresas vinculadas a Kuczynski entre 2004 y 2013.
Las asesorías ficticias han sido uno de los mecanimos de la empresa para realizar pagos irregulares. La Fiscalía también lo ha citado.
Kuczynski, un exbanquero de Wall Street de 79 años, negó cobros ilegales y aseguró que el 22 de diciembre se presentará ante una comisión del Parlamento que investiga los alcances del caso "Lava Jato" en Perú.
El Parlamento se declaró en sesión permanente, a la espera de cualquier decisión del gobernante.
"Lava Jato es una crisis regional que demuestra que la corrupción es estructural en todos estos países", destacó el expresidente de Transparencia Internacional, José Ugaz.
Del total pagado, 782.000 dólares fueron abonados a Westfield Capital, firma de Kuczynski, cuando se desempeñaba como ministro de Economía y presidente del Consejo de Ministros del gobierno de Alejandro Toledo (2001-2006). De confirmarlo, habría cometido delito de colusión.
Otros 4,05 millones fueron para First Capital, empresa de un exsocio para la que trabajó.
Estas revelaciones han provocado un terremoto político en Perú y apuntan a que el mandatario mintió.
Hasta el sábado pasado, Kuczynski había negado haber recibido dinero de Odebrecht. Ese día admitió finalmente haber ofrecido asesoramiento, pero no entró en detalles.
Dos de sus consultorías están relacionadas con la carretera interoceánica, por cuya concesión Odebrecht dice que sobornó con 20 millones de dólares a Toledo.
En caso de renuncia, Kucyznski sería reemplazado por el primer vicepresidente, Martín Vizcarra, actual embajador de Perú en Canadá.
Agrupaciones de izquierda han pedido la destitución del mandatario, lo que podría arrastrar a todo el Ejecutivo con él y abrir las puertas a elecciones adelantadas el próximo año, incluso a nivel parlamentario.
"Si el presidente no puede explicar al país las denuncias en su contra, debe renunciar. El país necesita una nueva etapa, exigimos proceso constituyente", dijo la excandidata presidencial de izquierda, Verónika Mendoza.
"La renuncia puede resolver la crisis política en la que estamos. Si no lo hace, nos sumaremos a los pedidos de vacancia en el Congreso", anunció por su parte el legislador Mauricio Mulder, del socialdemócrata partido Aprista.
La crisis política beneficia a Fuerza Popular, que tiene 71 de los 130 escaños, y que ha mantenido contra las cuerdas a un gobierno con constantes errores de gestión y falta de liderazgo.
Desde que Keiko Fujimori perdió por un escaso margen las presidenciales contra Kuczynski en 2016, no ha dado tregua.