En lo que va de 2019, la Cámara Baja aprobó tres leyes y la Cámara Alta, cuatro. Es decir que en el Congreso, que integran 257 diputados y 72 senadores, se aprueba apenas una ley por mes.
En el edificio del Parlamento no vuela una mosca. Los diputados sesionaron por última vez el 15 de mayo. En el Senado la última reunión fue una semana después, cuando aprobaron un puñado de iniciativas pero otras, como la que regula el traspaso de mando presidencial, no pudieron ser votados por falta de cuórum: los senadores se fueron del recinto, sin justificación.
El cierre de listas tiene enloquecidos y muy ocupados a los dirigentes políticos, muchos de los cuales son legisladores nacionales.
Este año, por la conformación de dos alianzas electorales grandes, Juntos por el Cambio y Frente de Todos, los nombres y los lugares en las nóminas de precandidatos a diputado y senador son muy discutidos.
Pero la actividad parlamentaria ya venía alicaída desde el año pasado, por la imposibilidad del oficialismo de construir una mayoría para sancionar leyes.
Y este año la parálisis de acentuó porque muchos diputados y senadores están en sus provincias haciendo campaña, en muchos casos en el afán de renovar sus propias bancas.
Pero, sobre todo, porque 15 de las 24 provincias adelantaron sus elecciones locales, lo que dificultó conseguir el número suficiente para las reuniones de comisiones y para las sesiones.
Con 57 leyes sancionadas, 1987 fue el año de menor producción parlamentaria desde el retorno de la democracia.
En 2019, a juzgar por las siete leyes sancionadas en este primer semestre, el resultado se encamina a ser aún más pobre.
Qué leyes aprobaron
En Diputados, las tres leyes que obtuvieron sanción definitiva son la de narcomenudeo, que permite la intervención de las policías provinciales en casos de narcotráfico; la de prórroga por un año de la emergencia económica a la producción de peras y manzanas en Neuquén, Río Negro, Mendoza, San Juan y La Pampa, y la que habilita a las empresas privadas a financiar las campañas electorales, lo que estaba prohibido.
En el Senado, las cuatro leyes aprobadas son la de protección para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres; la que instituye la ceremonia escolar de Promesa de Lealtad a la Constitución Nacional el primer día hábil siguiente al 1º de mayo de cada año; la que crea el Régimen de Promoción de la Economía del Conocimiento (para beneficiar a la industria del software), y la que declara por un año la emergencia económica a la producción de cítricos en Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Jujuy y Salta.
Lo que viene
En Diputados hay una tibia intención de sesionar la semana que viene para debatir el proyecto de ley de Góndolas, destinado a impedir los abusos de posición de las corporaciones alimenticias en los supermercados.
Pero algunos diputados ya estiman que será difícil conseguir el número para reunirse en el recinto.
La iniciativa, además, tiene dos dictámenes firmados, lo que significa que ni siquiera hubo un acuerdo generalizado sino más bien diferencias.
Diputados también podría reabrir las puertas del recinto con la visita del jefe de Gabinete, Marcos Peña, que deberá brindar el último informe de gestión y finanzas del Estado y responder preguntas. Pero aún no hay fecha.
En el Senado, en cambio, no hay ninguna sesión prevista para las próximas semanas. Toda la atención está concentrada en un asunto político partidario: la vacante que dejó Miguel Pichetto en la presidencia del Bloque Justicialista.
Carlos Caserio, Pedro Guastavino y José Mayans, vicepresidentes del bloque del PJ, difundieron ayer un comunicado en el que convocan a una reunión para martes a las 16, con del fin de resolver esta cuestión.
Como anticipó Los Andes el miércoles, la mayoría prefiere mantener el bloque del PJ como una bancada independiente, sin formar un interbloque con el Frente para la Victoria, que lidera Cristina Kirchner y preside el neuquino Marcelo Fuentes.
Qué dicen los legisladores mendocinos
Rubén Miranda (PJ): “El Gobierno decide enfriar la actividad legislativa”
El diputado justicialista Rubén Miranda atribuyó la parálisis parlamentaria a "una decisión del Gobierno" de no abrir los debates en el recinto, aunque destacó que en las comisiones sí se trabaja en distintos proyectos de ley.
"Esto evidentemente es una decisión del Gobierno, no explícita pero decisión al fin. Quien debe convocar a las sesiones ordinarias es el presidente de la Cámara (Emilio Monzó). La oposición puede impulsar sesiones especiales. Lo hemos hecho, pero para aprobar proyectos necesitamos quórum y dos tercios, en el caso de los que no tienen despacho de comisión. Cuando logramos sesionar, el oficialismo bloqueó el debate de los proyectos", dijo el diputado mendocinos.
Señaló que "hace un mes que se enviaron las preguntas" al jefe de Gabinete, Marcos Peña, sobre la marcha de distintas áreas del Estado, y que las respuestas siguen pendientes.
"Hay numerosos despachos de comisión para ser tratados en el recinto, como la ley de Acciones Colectivas, que firmé como autor con José Luis Ramón, o la ley de Góndolas, que ya se trató en tres comisiones, y no llaman a sesión", dijo Miranda.
En cambio, sostuvo que "la tarea en comisiones es bastante activa": "Por ejemplo, la bicameral del ARA San Juan, que yo integro, se reúne todos los martes y ya estamos con los terminando el informe".
Luis Petri (UCR):“La oposición plantea proyectos inviables y demagógicos”
El diputado radical Luis Petri señaló que la floja producción de leyes en el Congreso es "una responsabilidad compartida entre el oficialismo y la oposición", que a su criterio quiere abrir los recintos con proyectos de ley "inviables, demagógicos y sin previsión presupuestaria".
"Nosotros tenemos vocación y voluntad de debatir, lo hemos hecho en otros años. Cambiemos no tiene quórum propio, dependemos de la voluntad de las fuerzas opositoras. Por eso, al no tener mayoría propia, el funcionamiento de la Cámara depende del concurso de voluntades del oficialismo y de la oposición", dijo a Los Andes.
El legislador por Mendoza señaló que la oposición impulsó sesiones especiales con proyectos "pour la galerie y sin planteos racionales". "En años electorales la oposición se disfraza de Papá Noel a la hora de legislar, cumpliendo con el teorema de Baglini", ironizó Petri, en alusión a la sentencia del exdiputado radical Raúl Baglini, quien señaló que el grado de responsabilidad de las propuestas de un partido o dirigente político es directamente proporcional a sus posibilidades de acceder al poder.
El diputado de la UCR admitió que, sin perjuicio de las circunstancias de este año, en general "coincidir y acordar leyes se hace muy difícil en los años electorales".