"Vivir se puede… pero se podría más si nuestra alimentación estuviera protegida, preservada", manifestaría el cóndor andino si pudiera expresarse, ya que en los últimos tiempos su existencia se ha visto otra vez amenazada por el empleo humano de un potente como peligroso agrotóxico que envenena su comida.
Según pericias y la denuncia de la organización ecologista Cullunche, estas bellas aves suelen alimentarse en el territorio, especialmente en el sur provincial, de presas naturales que ganaderos y propietarios de campos previamente han contaminado con un pesticida para combatir zorros y pumas que diezman sus planteles de caprinos, ovinos y vacunos.
El agroquímico utilizado para intoxicar la carroña es un producto llamado carbofurán, catalogado como extremadamente tóxico, y por ese motivo su venta está prohibida en Europa desde 2008 y la Agencia de Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos (Environmental Protection Agency, EPA por su sigla en inglés) ha anunciado su intención de prohibirlo en el país del Norte, debido a la gran cantidad de muertes e intoxicaciones en personas y animales.
Entre nosotros, durante 2017 se han reportado 32 decesos de cóndores en todo el país y Mendoza es parte de esa estadística con cinco casos, tres de ellos mortales, sobre todo en departamentos como San Rafael, General Alvear y Malargüe.
Los ambientalistas locales esperan que la Secretaría de Ambiente y Ordenamiento Territorial tome cartas en el asunto y promueva la prohibición de uso de este producto y aliente otras formas de proteger los rebaños que pastorean en grandes extensiones, con el empleo, por ejemplo, de perros pastores.
También se pide la intervención del Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria Mendoza (Iscamen), aunque por ahora no hubo demasiadas respuestas oficiales ante las advertencias de los sectores que protegen la vida en todas sus dimensiones.
Cullunche inclusive impulsa la necesidad de trabajar en la trazabilidad de los agrotóxicos, de manera de que quede bien establecido el derrotero de los pesticidas desde que salen de la fábrica hasta que llegan a los productores que los adquieren. Pero la organización sostiene que por ahora hay silencio oficial y una "pasmosa" inacción de entes que deberían estar ocupados en el uso de las sustancias químicas, y en esa cadena de responsabilidad ponen a los ya nombrados organismos de Ambiente, Iscamen y suman a Aguas Mendocinas, Ministerio de Salud e Irrigación.
Lanzada al ruedo la denuncia del movimiento ambientalista, es esperable una pronta reacción de las autoridades que conduzca a la urgente neutralización de la amenaza y la protección del cóndor, Monumento Natural Provincial, que además asegurará la existencia de otras especies como jotes, urones, vizcachas, zorros y zorrinos, habitantes imprescindibles de nuestra fauna silvestre autóctona.
Es imprescindible actuar en este sentido porque las poblaciones de cóndor andino han sufrido en las últimas décadas un alarmante descenso a lo largo de su distribución en la cordillera. Entonces es necesario insistir en su protección y honrar la tradición que ha aquilatado Mendoza, que ha hecho mucho rescatando aves en riesgo y liberándolas después. Una buena oportunidad para dar noticias optimistas en esta materia será el próximo 18 de diciembre, cuando se conmemore otro "Día nacional del Cóndor: el espíritu de los Andes" y verdadero símbolo de la región, que forma parte de la vida cotidiana de los mendocinos.
