El intendente de Santa Rosa, Sergio Salgado. permanece a la espera de “las garantías necesarias” para presentarse ante la Justicia. En las últimas horas y en declaraciones a diferentes periodistas, Salgado ha puesto en dudas su deseo de seguir al frente del municipio: “Una vez que pase todo esto veré qué hago con la comuna; es algo que tengo que hablar con mi familia porque están sufriendo mucho y todo tiene un límite”.
Todo indica que la comuna queda acéfala la próxima semana y el Concejo Deliberante no ha resuelto aún quién reemplazará al intendente, ya que su presidente, Norma Trigo (UCR), no confirma que vaya a ocupar el lugar. “Tenemos que debatir ese tema en el Concejo”, dijo Trigo. La cuestión a discutir es si el municipio quedará en manos de la oposición o si un peronista seguirá a cargo de la comuna, como piden incluso desde el Gobierno provincial.
Para esto último, Trigo debería renunciar a la presidencia y su lugar sería ocupado por Celso Reta (FpV).
La comuna sigue en manos del secretario de Gobierno, Alberto Roza, que estará a cargo hasta mañana, luego deberá asumir el presidente del Concejo.
“Salgado está tranquilo con su conciencia pero preocupado por su familia. Hablé por teléfono y tiene ganas de que esto se aclare, porque aunque hubo una mala administración, el intendente no se llevó un solo peso a su casa ni formó parte de una asociación ilícita”, dijo Roza.
La discusión por la sucesión de Salgado se hará entre hoy o mañana y, de todos modos, se trata de un cargo interino. “Una cosa es lo legal y otra lo político. Salgado posiblemente quede en libertad y si no renuncia puede volver al municipio. En ese caso, su salida tiene que decidirla el Concejo con los votos suficientes”, opinó un magistrado.
“Aunque quede en libertad, Salgado no debería retomar la comuna”, consideró la concejal Débora Quiroga (UCR), que compitió con el intendente en las elecciones del año pasado, y subrayó que si finalmente vuelve, la oposición buscará su destitución a través de las pruebas reunidas por la comisión investigadora de su gestión.
Para destituir a Salgado son necesarios siete votos, un proceso en el que habrá que convencer al oficialismo. Recién entonces, si Salgado renuncia o es destituido, se podrá hablar en Santa Rosa de nuevas elecciones.