El 1° de marzo de 2006, Messi hizo su estreno anotador con la Selección Mayor, contra Croacia en una fría noche en Basilea. La piedra fundamental de una historia que crece.
Pasaron 3.652 días. ¿Cuántas horas? Más de 87.600. Sucedió en Suiza. El termómetro marcaba la baja temperatura que se hacía sentir en el St. Jakob Park. En Basilea, aquel equipo que lideraba José Pekerman se preparaba para jugar un amistoso con la cabeza en el Mundial de Alemania. Faltaban meses para la cita futbolera, y era tiempo de empezar a ajustar las piezas para el estreno mundialista frente a Costa de Marfil.
Con Abbondanzieri en el arco, Demichelis en el fondo, Cambiasso en el medio y la 10 puesta sobre los hombros de Juan Román Riquelme, el duelo arrancó a puro gol. A los 3 minutos, el croata Klasnic marcó el primero. Tevez, gracias a una gran asistencia de Leo, puso el empate 60 segundos despúes. Y a los 6' llegó la primera conquista de Messi con la Mayor. Con la 19 en la espalda, el crack argentino hizo una movida clásica: con pelota dominada, de derecha a izquierda, recorrió el ataque rival y se la cruzó al portero de Croacia. Fue un flash único para los presentes. Fue la primera vez de una acción que se repetiría casi hasta el cansancio en la gloriosa carrera del capitán de la Selección.
En el segundo tiempo, el conjunto europeo lo dio vuelta y triunfó sobre el final del juego. El resultado será por siempre parte de la anécdota. Lo saliente de esa fría noche suiza es lo que pasó en la viviente historia entre Messi y la Selección. Una imagen que ya suma casi cinco decenas de repeticiones.