Ronda la una del mediodía y el comedor universitario de la UNCuyo está repleto de estudiantes. Unos hacen la fila para comprar el ticket mientras otros deambulan con sus bandejas buscando un lugar para sentarse. Una postal que se repite desde hace varios años, pero que ahora luce diferente.
Es que desde hace una semana se comenzó a implementar una nueva iniciativa de “Comedor saludable” que forma parte de una serie de cambios que se llevarán adelante para recuperar ese espacio como un ámbito centrado en la salud integral y en la socialización.
La primera etapa se basó en la inclusión de una propuesta de comida vegetariana opcional cuatro de los cinco días de la semana y en la reducción de las calorías generales del menú. Además se concretaron remodelaciones edilicias y se arregló la fachada.
“La idea es recuperar lo que fue el hogar y club universitario y lograr que vuelva a ser un lugar donde uno no sólo va comer, sino que va a encontrarse con otros estudiantes, a comer bien y donde se ofrecen actividades recreativas culturales”, relató Graciela Cousinet, secretaria de Bienestar Universitario de la casa de estudios. En la primera fase del proyecto se decidió hacer hincapié en mejorar la alimentación de los alumnos.
“Para ello buscamos equilibrar el menú y bajar las 2.000 calorías que tenía antes, ya que se trata de un valor recomendado para el consumo diario y no para una sola comida”, explicó Érica Laberguerie, coordinadora de Salud Integral. Esta determinación también estuvo basada en los resultados del examen preventivo 2014 que concluyó que 20,5% de los estudiantes presenta sobrepeso u obesidad. “Por eso también nos centramos en incluir más vegetales y legumbres para diversificar la dieta de los alumnos”, continuó.
La incorporación de la opción vegetariana fue otra gran apuesta al cambio. “Decidimos ofrecer el menú vegetariano cuatro días a la semana para quienes lo desean y los martes prepararlo para todos”, contó. Previamente, se realizó una encuesta en el comedor que determinó que si bien sólo 5,55% de la masa estudiantil elige no comer carne, 54% valoró como muy positivo tener una alternativa de este tipo.
En un principio se planearon 200 platos con esta opción y durante la primera semana se están consumiendo entre 160 y 170. “Está saliendo bastante porque los chicos están muy entusiasmados y les gusta tener para elegir. Si en un futuro crece la demanda vamos a incrementar la cantidad”, detalló Leandro Egea, jefe de cocina. Durante la semana pasada, fueron 1.700 las porciones que se consumieron por día, mientras que para esta semana estimaron que se aumentarán a 2.000 porque empieza el cursado en la totalidad de las facultades.
Otra modificación que se implementó fue dejar de incorporar el pan en la bandeja para que cada estudiante lo solicite si lo desea. “También pueden optar entre blanco y negro”, señaló Laberguerie. Se suman a estas modificaciones saludables otras que ya se venían realizando como los viernes de pescado y la venta de frutas en el comedor y bufet.
Pasos a seguir
Para que no quede únicamente en una propuesta nutricional, entre abril y mayo se incorporarán actividades culturales y recreativas en el comedor; “ a trabajar con el equipo de salud mental en un proyecto de arte terapia que se realizará por la tarde”, adelantó la coordinadora.
Allí se abordarán temas como el estrés y otras problemáticas que se han detectado entre los alumnos. Además ya cuentan con un cronograma establecido de actividades culturales, exposiciones, conciertos y debates que se realizarán allí. “Vamos a abrir esa propuesta con la inauguración de un mural que va a ser desmontable, lo que nos permitirá hacerlo itinerante”, comentó Cousinet.
Más adelante, se trabajará también para que este espacio tenga una visión medio ambiental y amigable. “Queremos involucrarnos en el cuidado del medio ambiente dividiendo y reciclando la basura”, precisó la secretaria de Bienestar a la vez que agregó que se sumará la creación de una huerta orgánica. “Ya tenemos todo organizado y nos espera un año de mucho trabajo para concretar todas estas mejoras”, reconoció Cousinet.
Nueva experiencia
Inmersos en el murmullo propio del comedor, algunos estudiantes celebran los cambios que se vienen realizando. “Me parece excelente que se contemplen más las necesidades de toda la comunidad porque no todos quieren lo mismo”, dijo Luisina Blanco, alumna de la Facultad de Ciencias Políticas. Para el almuerzo del viernes, ella optó por el menú vegetariano que consistió en tomates rellenos y tarta de verduras salteadas con puré. “Yo como carne, pero cuando puedo elijo las verduras”, contó.
Leandro Frías se autodenominó como un usuario frecuente del comedor. “Vengo todos los días porque se come rico y me viene bien durante el cursado”, comentó el estudiante de Arquitectura. “Creo que se están llevando a cabo muy buenas ideas que benefician a muchos chicos”, opinó.
Precio congelado
Aunque para muchos pueda parecer desfasado, los alumnos de la UNCuyo siguen pagando $ 3 por el menú que se brinda en el comedor universitario. Los profesores abonan $ 25 y los invitados $ 45. “Los precios se mantienen por ahora, pero queremos trabajar con los estudiantes en un presupuesto participativo para decidir a cuánto podemos pagar en la bandeja”, explicó Graciela Cousinet, secretaria de Bienestar Universitario de la UNCuyo. “Hace muchísimos años se mantiene el mismo precio y ya ha quedado bastante atrasado. De todas maneras queremos que se decida en conjunto”, reiteró.
Proyecto más ambicioso
La coordinadora de Salud Integral de la UNCuyo, Érica Laberguerie, adelantó que las mejoras que se están realizando en el comedor universitario están centradas en un proyecto más ambicioso para que la casa de estudios certifique como "Universidad Saludable".
"Se trata de una apuesta muy grande porque no hay ninguna universidad pública en el país que haya certificado, solo hay una en toda Argentina y es privada", relató la consultada.
Este reconocimiento lo otorga el Ministerio de Salud de acuerdo a criterios de la Organización Panamericana de la Salud y de la Organización Mundial de la Salud.
Según adelantó Laberguerie, aún están armando el proyecto. "Son 8 requisitos que implican mucho trabajo y muchos cambios culturales", precisó.