El colegio San Pablo celebra sus 50 años en la educación técnica

Se creó en los ‘60 como un instituto de varones que atendiera la demanda de alumnos lujaninos. Desde mediados de los ‘80 lo administran los Hermanos Menesianos. Testimonios de su origen.

El colegio San Pablo celebra sus 50 años en la educación técnica
El colegio San Pablo celebra sus 50 años en la educación técnica

Hay entidades de bien público, de servicio o educativas que son marca registrada en los pueblos donde están asentadas y el Instituto San Pablo, que está cumpliendo medio siglo de vida, lo es en la formación de niños y jóvenes de Luján de Cuyo y zonas vecinas.

Fundado en 1964 por un grupo de vecinos interesados en dar respuesta a las necesidades educativas de los jóvenes lujaninos, el San Pablo tuvo el indudable liderazgo de un cura constructor de casas, parroquias y ámbitos de la educación, el padre Paulino Reale, que con los años llegó a ser obispo de Venado Tuerto (Santa Fe).

Fallecido hace 2 años, Paulino comprendió hace cinco décadas la necesidad de que el medio tuviera una escuela técnica y, junto con un grupo de jefes de familia, que se llamaron simpáticamente los ABC (Amigos del Bien Común), fundaron el San Pablo en la dirección actual de avenida San Martín y Congreso de Tucumán, del barrio Villa Gaviola, Mayor Drummond. Aquellos pioneros que se empeñaron junto al religioso fueron el profesor Eligio Concatti, el médico Juan Carlos Pifaretti, Sixto Truglio, Ramón Verasay, Carmelo Argento, Oscar Elizaga  y José Angelelli.

La finalidad, entonces, fue fundar una escuela secundaria para varones, orientada a la enseñanza técnica. Los muchachos de esa época, si querían estudiar esa especialidad, debían viajar a la Ciudad (donde ya funcionaba la escuela Pablo Nogués) o a Maipú (sede del Emilio Civit).

Los directores iniciales de la flamante entidad fueron Eligio Concatti y Francisca Marrone de Carmona. Las primeras aulas que se abrieron fueron las del nivel primario y el primer año del secundario. La institución ganó en popularidad y, con una cuota moderadamente accesible, se fue poblando de estudiantes.

Los alumnos obtienen en esta institución títulos de técnicos químicos y técnicos electricistas, según la modalidad por la que opten, pero próximamente habrá cambios.

De los tiempos fundadores se puede citar a Carlos Argañaraz (62), quien empezó el primer grado, hizo la secundaria, luego fue docente y directivo hasta alcanzar 38 años en estas dos últimas posiciones. También fue abanderado y es uno de los gestores de los encuentros de los ex egresados que se están realizando en el marco de la conmemoración.

Dificultades nunca faltaron

Transcurridos varios años de trayectoria, al promediar los ‘80 el pilar de la primera época, Paulino Reale se jubiló como director, comenzando una etapa de búsqueda de una congregación que pudiera seguir con la línea confesional de la escuela. En paralelo a esa circunstancia, el terremoto del 26 de enero de 1985 contribuyó a acelerar ese cambio: el colegio fue traspasado a los Hermanos de la Instrucción Cristiana, más conocidos como Hermanos Menesianos, quienes continuaron la obra educativa.

Hoy es el hermano Arturo Piana (57, entrerriano) el director general de la escuela, además de docente en catequesis.
Nancy De Marchi (56) y Viviana Concatti (hija de Eligio) son las directoras de los niveles inicial-primaria y secundario, respectivamente. Ambas atesoran mucha trayectoria en el colegio y se sienten fuertemente consustanciadas con los principios de la casa. Contaron que el retiro definitivo de los dos fundadores, Concatti y Reale, se produjo finalmente en 1991, ya que colaboraron algunos años con los menesianos.

Otros hitos

En 1977 egresó la primera promoción con mujeres en el ámbito de la secundaria, a partir de que en 1972 se autorizó la inscripción de señoritas para ese cursado. En 1988, la primaria comienza a recibir niñas en sus aulas.

El colegio hoy está compuesto por dos bloques de edificios. En el lado sur se encuentran los laboratorios y el cursado de la secundaria técnica, mientras que al norte están dispuestos el nivel inicial y primaria y algunas dependencias para el secundario, además de la administración, la biblioteca, la capilla y la casa de la comunidad de los religiosos menesianos.

Fernando Oyola, actual administrador, suma otros datos que hacen a la trayectoria: “Hoy, a los 50 años del comienzo, el colegio tiene el orgullo de haber facilitado el egreso de 1.700 alumnos en el secundario, un verdadero orgullo”.

Otra característica del San Pablo es que ya recibe en sus dependencias a integrantes de la tercera generación familiar. En esa condición citamos a Arnaldo Bragagnolo: él fue alumno, luego envió a sus hijos y ahora asisten los nietos.

El director Piana describió que el camino realizado “ha sido muy fructífero, y seguiremos en él apuntando a la opción por los pobres y a la instrucción cristiana, siguiendo el lema de nuestro fundador, Juan María de la Mennais: ‘Mis escuelas han sido fundadas para dar a conocer a Jesucristo y su evangelio’”.

Los actos para el festejo

La comunidad educativa del Instituto San Pablo realizará el 27 de este mes, a las 11, un acto protocolar y una misa, en el Polideportivo Hipólito Yrigoyen (Valcanera y Guevara).

El domingo 29 se ofrecerá un almuerzo de amistad (a la canasta), también en el polideportivo, que dará comienzo a las 13. Las autoridades planean invitar a las dos reuniones al arzobispo de Mendoza, José María Franzini.

"Más que un colegio, es una comunidad"

“El instituto es más que un colegio: es una comunidad. En mi opinión, lo que une a este grupo de personas tan heterogéneo es el ideario menesiano, al que todos adherimos y, como consecuencia, llevamos a la práctica. Para nosotros el hecho de ‘ir a la frontera’ (cualquiera sea ésta, de necesidad material o espiritual), la idea de la ‘escuela hospital’, la ‘pedagogía del ángel’, entre otros conceptos que desarrolló Juan María de la Mennais, no son ideas abstractas plasmadas en un papel sino que son máximas que llevamos a la práctica como educadores y que los alumnos reciben y adoptan como propias”

Así razonó su experiencia educativa la profesora de Lengua y Literatura Mariana Prado Puerino (34), parte de los docentes más jóvenes pero con 10 años de antigüedad. En esa disciplina también enseñó Carlos Enrique Valenzuela, quien murió joven dejando un vacío en el alumnado y sus colegas.

Por su parte, el alumno Marco Ingrassia (16), cursante de Ciencias Naturales, opinó que le interesó mucho la modalidad de Química. “Me parece que ahora tengo una buena base para ir a la universidad”, explicó.

Julieta Pifaretti (16), nieta de uno de los fundadores, sostuvo que eligió la escuela (a la que iban sus padres) por los valores que en ella se inculcan.

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