El código de barras, tan común hoy en el consumo masivo, cumplió en la Argentina 30 años de uso y fue el jabón en polvo Dúplex el primer producto que incorporó este estándar global de identificación y captura de información.
El uso de código de barras revolucionó al comercio, lo agilizó y le dio transparencia en rubros como el supermercadismo, la industria textil, la salud, la producción y el almacenamiento, al tiempo que también se comenzó a utilizar en organismos estatales como la AFIP, Anmat y el Senasa.
Desde el punto de vista global, fue a mediados del siglo pasado cuando el comercio pasó de la tarea manual a la automatización de la información en todos los puntos de la cadena. El motor fue el código de barras, un símbolo que se estableció como un lenguaje único para la economía globalizada.
En junio de 1974, la cadena estadounidense Marsh recibió el primer producto con un código de barras: una caja de paquetes de chicles Wrigley’s Juicy Fruit.
La estandarización se produciría tanto en los Estados Unidos como en Europa, donde se lanzó el EAN (European Article Number) de 13 dígitos, que se estandarizó en 1997 a nivel global. En 2005, tras la fusión de EAN International con el Uniform Code Council (UCC), la entidad se globalizó y se transformó en GS1, un estándar global con un nuevo nombre y un único lenguaje a nivel mundial. GS1 cuenta con una red de organizaciones miembros en más de 110 países.