En 1890 comenzaron a llegar a San Rafael integrantes de la colectividad árabe y de inmediato se instalaron en la zona. La mayoría se dedicó al comercio, tenían negocios de ramos generales o se desempeñaban como vendedores ambulantes recorriendo los distritos para vender las mercaderías, aunque también muchos eligieron dedicarse a la agricultura.
La necesidad de reunirse, recordar su tierra y sus costumbres los llevó a juntarse. Así comenzaron a ayudarse unos a otros, buscaron las formas de conservar su cultura a pesar de la facilidad que tuvo el inmigrante árabe para integrarse a la comunidad.
Así, el 12 de setiembre de 1954 se fundó el Club Sirio Libanés, con fines sociales y culturales. Entre los integrantes de la primera comisión estaban Juan Bittar Bittar, Elías Mattar, Jorge Medaura, Antonio Bittar, Abdón Antonio Gattás, Brahim Hueda, Félix Ayub, Alfredo Juri, Elías Haddad, Julio Sama, Fidel Haddad, Antonio Medaura, Alberto Gattás, Miguel Girala y Pedro Ale.
Actualmente, luego de algunos años de poca actividad, lograron reactivar este centro social que los reúne. Y, se abocaron a levantar un nuevo espacio donde puedan, como otrora, juntarse a compartir platos y costumbres de aquellas tierras, aprender danzas, el idioma árabe, entre otras cosas.
La vieja casona ubicada en la calle 25 de Mayo 60, que albergó al Club Sirio Libanés durante décadas fue demolida y en su lugar se está construyendo un edificio de cinco pisos, con la sede de la entidad en la planta baja. Para ello se llegó a un acuerdo con un grupo de empresarios quienes se encargan de la edificación.
La nueva sede contará con una superficie construida mayor a la actual -de 150 pasará a más de 600 metros cuadrados-, tendrá salones para realizar las distintas actividades del club, restaurante, biblioteca y sala de reuniones.
Para concretar este proyecto se realizó un fideicomiso, y el convenio especifica que la planta baja queda para el club. El resto será para el fideicomiso, que desarrollará un negocio con una determinada cantidad de departamentos y cocheras en el subsuelo.
Tal como cuentan sus descendientes sus ancestros abandonaron su patria natal huyendo de la guerra y de las persecuciones de los turcos. Hoy, esta colectividad es una de las más numerosas de San Rafael, junto con la española, la italiana y en menor medida la francesa. La mayoría arribó al sur mendocino entre 1890 y 1930, y como llegaban con pasaporte del Imperio Otomano se los denominaba “turcos”.
Por el aniversario de su creación -el 12 de setiembre- el Club Sirio Libanés de San Rafael habitualmente realiza diversas actividades y festejos.
Sin embargo, este año, “en adhesión a los países árabes, que padecen la barbarie de la que todo el mundo es testigo, ha resuelto adherirse al dolor de sus habitantes reafirmando el duelo, que ya en otras oportunidades se ha manifestado, suspendiendo toda celebración y evento festivo”, expresaron los directivos. Además, invitaron a los socios y a la comunidad en general a una misa por la Paz de los pueblos, que celebrará hoy a las 11 en la Catedral San Rafael Arcángel, el obispo diocesano, Eduardo María Taussig.
El club estuvo a punto de desaparecer a fines de 2011 luego de más de una década de decadencia. Hasta que un grupo de conocidas familias de la colectividad sirio libanesa decidió revivir uno de los lugares que todos habían disfrutado.
Fue entonces que tomaron la posta, formalizaron una nueva comisión directiva en una asamblea el 1 de febrero de 2012 y se inició la regularización de la entidad que actualmente supera los 170 socios. Anuar Mohamed Sat preside la comisión directiva, acompañado por Chain Antonio Attala (vicepresidente), y Rosa Herrera de Machin como secretaria, y una extensa lista de colaboradores.