Aunque los médicos le han explicado que por su enfermedad es normal que empiece a perder fuerza en los brazos, como le sucedió hace unos años con las piernas, Tomás Barrozo (13) no se rinde. Todos los días se sienta a la mesa familiar y se esfuerza por manejar los cubiertos sin ayuda. La misma garra pusieron sus familiares y amigos de San Carlos para recaudar el dinero que necesita para viajar a China y someterse a un tratamiento con células madres, que podría volver a ponerlo de pie.
El chico sancarlino sufre de distrofia muscular de duchenne, una enfermedad que va debilitando los músculos hasta inmovilizar a la persona.
"Tenemos fe en esta oportunidad. Para eso hemos trabajado los últimos años", sostiene su papá Mario Barrozo. Con el esfuerzo laboral de los padres, hermanos mayores y algo de ayuda solidaria, Tomás consiguió el año pasado los 40 mil dólares para viajar.
"Será cosa del destino, que no tenía que ser", se resigna Mario. Sucede que el chico, en noviembre del 2013, sufrió una caída en la escuelita especial donde asiste en San Carlos y se quebró la pierna. El accidente no sólo retrasó el tratamiento chino sino que con la permanente suba del dólar lo que había recaudado la familia perdió casi el 50 por ciento de su valor original.
Pero los Barrozo no son de andar lamentándose "por lo que nos toca". Este año encararon una campaña -a través de eventos y visitas a los distintos departamentos del Valle de Uco- para reunir el dinero que les falta.
La última fecha de salida hacia estos centros de salud del país asiático es el 6 de setiembre y aún necesitan 150 mil pesos para cubrir los gastos. "Vamos igual. Esperar un año más puede ser irreversible para Tomi", lanzó este albañil, que ya está averiguando préstamos en agencias financieras.
Ambos son del Valle de Uco y abrigan la misma esperanza. Tomi viajará a China en setiembre con Lucio Nazareno, el pequeño que se hizo famoso por la campaña que su familia desplegó en las redes sociales para conseguir los fondos para el tratamiento. Los niños y sus familias ya se han vuelto amigos y organizan juntos esta travesía.
Una enfermedad que avanza
Excepto por cierta renguera y un aprendizaje tardío del caminar (al año y siete meses), Tomás no presentó síntomas de tener alguna patología hasta los 5 años. "Se caía con frecuencia. Creíamos que tenía una pierna más corta que la otra y los médicos nos decían que no era nada", relata su mamá, Silvia Noemí Franco.
Recién a los 7 años y, tras una búsqueda desesperada de respuestas y de cambiarlo a una escuela especial para evitar accidentes, los Barrozo dieron con el diagnóstico preciso. Padecía distrofia muscular de duchenne, le dijo un especialista del Scaravelli en Tunuyán y les advirtió que iría perdiendo motricidad con una posible muerte joven (20 años).
Esta enfermedad es básicamente hereditaria, transmitida generalmente por la madre. Sin embargo, Silvia se sometió a numerosos estudios genéticos en la UNCuyo y no pudieron ratificar este origen de la patología. "Dicen que se da en uno entre 50 mil individuos. Justo le tocó a él", apunta Mario.
Tomás es el quinto de siete hermanos y el único que sufre esta patología. Hace dos años que está en silla de ruedas y ya ha perdido mucha fuerza de los brazos. Sus padres explican que el tratamiento no implica una cura pero puede frenar el avance de la enfermedad y permitirle volver a caminar. "Al menos, hasta que los chinos inventen nuevos beneficios con las células madres", se esperanza Mario.
Como lo han hecho en el último, hoy Tomás, su mamá, sus hermanos y los amigos de sus hermanos recorrerán las calles de Tupungato pidiendo una colaboración en este tramo final de la recaudación.
Todos los mendocinos que quieran realizar un aporte solidario para que Tomás tenga esta chance en China pueden hacerlo llamando al teléfono 2622 - 606888 o a través de un depósito en la cuenta 6370265230, CBU 01109370/ 30063702652301.
