Apenas empezó a disminuir el calor de la siesta, las veredas del microcentro comenzaron a llenarse de familias en búsqueda de útiles, ropa, calzado y otros elementos necesarios para llegar al primer día de clases -dentro de una semana- preparados. El sábado es, para muchos papás y mamás que trabajan, la única opción para poder recorrer y mirar vidrieras con tranquilidad, acompañados de quienes, en la mayoría de los casos, tienen la última palabra a la hora de definir la compra: los niños y adolescentes.
Sonia Rusconi y Azul (12) regresaban a su hogar cuando la gente recién empezaba a poblar las calles. La mamá contó que tenían que comprar zapatillas, remeras, conjuntos de jogging y mochilas tanto para su hija como para el varón, Franco (17). Habían encontrado algo y mirado bastante porque los precios estaban, estimó, un 50% por encima de los del año pasado. En cuanto a los útiles, habían completado esa tarea la semana pasada y el cambio no fue tan notorio, ya que hubo una variación de 15%.
Valeria Reyes salía con un par de bolsas de una librería cerca de calle Godoy Cruz y contó que había estado unas dos horas entre ese y otro local porque había mucha gente. En la mañana le había comprado el uniforme a su hijo y planeaba ir a Chile a mediados de esta semana para conseguir zapatillas, mochila y cartuchera, porque aseguró que en el vecino país esas cosas están a mitad de precio.
Patricia Ginestar y Agustín, quien está por empezar segundo grado, se habían tomado la compra como un paseo. Es que la mamá tenía pensado estudiar calidad y precio, porque en la lista estaban mochila y zapatillas, y la idea es que estos elementos le duren todo el año. Los precios de las mochilas, agregó, oscilan entre los 700 y los 1.200 pesos, algo para lo que iba preparada.
También con un humor envidiable, Sandra Cortez estaba en plena tarea -con su esposo Sergio- de intentar encontrar el equilibrio entre buena calidad y precios accesibles para poder comprar lo que necesitan sus cuatro hijos: Karen, Rocío y Kevin, que están en secundaria, y Lionel, quien empieza el jardín. Tres de ellos los acompañaban y el objetivo era lograr que los chicos eligieran algo que les gustara pero que no implicara un gasto excesivo, sobre todo porque sólo una remera del uniforme que usan los mayores cuesta entre 300 y 350 pesos.
Para no tener que vaciar la billetera en un solo momento, Facundo Azcurra y Lorena Arias empezaron a comprar lo que Juan (5) necesita para la escuela a fines de enero. Es que destacaron que su hijo mayor, de 17 años, se arregla con una carpeta, pero para el nivel inicial el pedido de materiales es bastante más extenso. El papá indicó que las mochilas están muy caras mientras los útiles no tanto,y que no comparan precios sino que van a lugares donde saben que son más accesibles.
Patricio Tello tenía que encontrar mochilas y zapatillas para Leonel (10), Agostina (13) y Nicole (16). Días antes habían recorrido negocios para elegir lo que cada uno quiere -con un límite de precio que fijó el papá- y ayer iban a concretar la compra con tarjeta, con el Ahora 12. El padre señaló que de esta manera no resulta tan difícil afrontar el importe total.