No se aprende más. El esfuerzo de los dirigentes, cuerpos técnicos, jugadores, árbitros sigue siendo en vano.
Cuando un alto porcentaje de aquellos que quieren al fútbol, ruegan por que los partidos se jueguen con ambas hinchadas, se ve desvanecido ante situaciones como las que sucedieron ayer en cancha de Andes Talleres, donde CEC e Independiente Rivadavia jugaron la final del torneo Apertura de la Liga Mendocina.
En uno de los laterales del campo de juego estaba la mesa donde reposaba la Copa y las medallas para los campeones y subcampeones, pero nada pudo ser entregado.
Más de 700 hinchas de la “Lepra” le pusieron color y música, postal que hacía mucho no se veía en el torneo local.
Pero de nada sirvió ya que no más de 20 simpatizantes “Azules” rompieron la tela de la platea Sur ingresaron al campo de juego y todo se desbordó. Partido suspendido, festejo a medias de un CEC que ganaba 3-0.
Desde el arranque de la final, fue el CEC quien mostró más solvencia estratégica en todos los sectores del campo de juego.
Independiente, basado en la velocidad de un equipo juvenil que cayó en la complejidad del vértigo de juego, no terminó de hilvanar su mejor juego ofensivo cayendo en repeticiones y ahogado en los espacios reducidos de los últimos metros donde lo encerraba la defensa del CEC.
Estratégicamente bien parado, el equipo de Gianformaggio, a los 6’, originó el primer quiebre en el área de la Lepra. Desborde de Lucas González a quien le cometen infracción. Centro que conectó Rini para abrir un marcador que le deba tranquilidad al “Mercantil”.
Independiente abrió el juego con conceptos de desborde y centros, pero sin profundidad certera para llegar a la igualdad. Ese paso hacia adelante del conjunto de Chavero provocó que CEC se parara de contra y fue así que a los 26’ otra vez Lucas González se escapó a las marcas, aguantó hasta ingresar al área, habilitó a Altamirano quien se encargó de inflar la red para arrancar el segundo tiempo con cambios, al menos en Independiente, quien se paró con línea de tres en el fondo, envió a Méndez por derecha y Sánchez por izquierda; con Cabaña y Vega bien metidos en el área rival.
La expulsión de Rini a los 10’, le daba motivación extra al “Azul” que se fue con todo a buscar el descuento. Lo tuvo Sánchez a los 16’, y Vega a los 20’. Tres minutos más tarde, Márquez le cometió penal a Vega, infracción no sancionada por el árbitro González.
Claro que la expulsión de Arias a los 26’ pinchó a un Independiente que vio desvanecer toda oportunidad de campeonar cuando Altamirano convirtió el tercer tanto del CEC. Inmediatamente se originó la invasión. El CEC festejó igual.
