El ruido de los bombos empieza a bajar tímidamente mientras desde el banco de suplentes local todos piden la hora. En eso, cuando el reloj marca más de 48’, un pelotazo largo de un defensor de Gimnasia supera a todos y el histórico Leonardo Márquez la amortigua con el pecho para bajarle el telón. Final. Pitazo largo de Guallán para desatar la euforia desmesurada del festejo de campeón.
Al CEC se le hizo costumbre este nuevo deporte de dar vueltas olímpicas. A tal punto, que ya parece mareado. No sabe ni cómo festejar.
Entonces, no extraña que en medio de la montaña humana que salta y canta a más no poder sea el propio ‘Torta’ Gianformaggio quien pida “un minuto de silencia para Boca que está muerto”.
Y sí, la consagración va con dedicatoria. Es parte del folklore, de nuestra idiosincrasia. Pasa allá, acá y en todos lados. Pero más allá de cualquier otra especulación subjetiva, lo importante es que el contemporáneo clásico de Bermejo (CEC-Boca) está más vivo que nunca.
Y no importa que haya nacido hace apenas 14 años, en 2003, cuando el Comercial comenzó a competir en Primera División “B” de la Liga Mendocina de Fútbol. Lo que realmente vale es que la llama está candente y promete más capítulos que no hacen más que revivir el alicaído fútbol nuestro de cada día.
El CEC, siempre el CEC. Ahí arriba, enarbolando esa bandera del sindicato que decora la postal para la que posan los protagonistas.
El CEC, siempre el CEC. Como dice su eslogan, mucho más que un sindicato. Un club que, como dijo su DT, enseña de manera silenciosa el camino del éxito con bases fundadas en un proyecto deportivo que apunta a la formación de talentos genuinos en una de las zonas más pobladas de la provincia de Mendoza.
El CEC, siempre el CEC. Ese club en el que el Torta Gianformaggio se retiró como jugador para unos años después convertirse en el referente de la nueva camada de entrenadores jóvenes y ganadores que pide a gritos una oportunidad más ambiciosa.
Porque claro está, este CEC ya no tiene rivales. La Liga le queda demasiado chica porque hay muy pocos proyectos que puedan igualarlo.
Tras la renuncia al torneo Federal B en junio pasado, muchos pensaban que podría ser el final. Nada de eso. Unos días después, el grueso de su plantel tomó una medida romántica. Lejos de correr hacia otras instituciones, la mayoría de sus futbolistas se quedó a pelear y el fin de semana siguiente goleó a Boca en el clásico y, a los pocos meses, se quedó con el Apertura. Y el Clausura lo ganó de punta a punta. Por eso es el mejor de todos. Otro año del CEC. ¡Salud, campeón!
Darío Gianformaggio, DT Club Empleados de Comercio: "Todos los clubes de Mendoza deberían tomar este ejemplo"
“Estoy muy contento, ya son 11 títulos en este club maravilloso y la verdad que este es muy especial porque ganamos los torneos Apertura, Clausura y el título Anual. Además, logramos el objetivo dos fechas antes y con el 90% de los futbolistas del club porque salvo Ale Abba y Leo Márquez el resto son todos jugadores genuinos de la institución y hace nueve años que están conmigo. En ese sentido la felicidad es doble porque hicimos debutar muchos pibes este año. Contra Gimnasia no se pudo jugar bien, pero lo intentamos y creo que jugó el nerviosismo y la ansiedad. ¿El secreto? Es muy claro: la continuidad y la tranquilidad que nos da la comisión directiva para trabajar. Llevo 15 años trabajando en la institución y casi 10 con la Primera. Todos los clubes de Mendoza deberían tomar este ejemplo porque con esta fórmula hemos ganado once títulos. Muchos dirán ‘es la Liga’. Y sí, es la Liga pero hay que ganarla... He estado con presidentes que sueñan con ganar la Liga. ¿Si vamos a jugar el Federal C? Esa es una decisión que tomará la dirigencia, por el momento quiero disfrutar esto y descansar un poco”.
