Desde hace más de un año y gracias a una obra hidráulica que Irrigación habilitó en enero de 2016, la capacidad total del dique El Carrizal aumentó significativamente, con la idea de ofrecer a unos 20.000 productores del este mendocino, la posibilidad de un mayor caudal de agua para sus cultivos.
En estos días, el embalse llegó a su máximo nuevo nivel, lo que produjo también el anegamiento de parte de las instalaciones en varios clubes costeros y con ello, la preocupación de socios y encargados. El más perjudicado de los clubes de pesca es el San Martín, al que asisten por fin de semana unas mil personas y donde en la noche del martes cedió un terraplén de contención, lo que permitió el ingreso del agua que rápidamente inundó quinchos, casas de socios y los dormis que utilizan los pescadores.
"Esa noche llovió mucho y el agua golpeaba contra el terraplén hasta que lo rompió. Alcancé a avisarle a la gente que saliera, que había que evacuar las casas porque el agua iba a cubrir todo y eso es lo que pasó. Hoy tenemos un metro de agua en casi 40 casillas", cuenta Miguel Morales, encargado y fundador del club.
"Hace casi 50 años que vivo acá y nunca pasó algo así. Estoy de acuerdo en aumentar la capacidad del dique porque fui agricultor, pero la obra que hicieron frente a nuestro club para que no se nos meta el agua estuvo mal hecha y por eso cedió. Ahora tenemos la mitad de las casas bajo el agua y nadie se hace responsable".
El Carrizal regula el caudal del río Tunuyán Superior y lo distribuye para riego de los departamentos del Este, a través de la cuenca del Tunuyán inferior y de una extensa red de canales. El dique está en el límite de Luján y Rivadavia, y fue habilitado en 1971, con una capacidad máxima de 390 hectómetros cúbicos de agua para riego (cada hectómetro cúbico es un cubo de cien metros de lado). Con el paso del tiempo y la acumulación de sedimentos, ese volumen se redujo un 30%.
Para contrarrestar esa pérdida, Irrigación construyó una estructura de hormigón de 1,5 metro por encima del vertedero original, lo que aumenta el nivel de El Carrizal y permite recuperar el 54% de la capacidad perdida desde su inauguración. Esa obra demandó $17 millones y se habilitó en 2016.
Al mismo tiempo, Irrigación construyó un terraplén de arena junto a la costa del club San Martín, para evitar que el mayor nivel ingrese al predio: “Estuvo mal hecho, no utilizaron piedras que rompieran las olas y solo hay arena apisonada que el agua se fue comiendo”, explica Morales: “Este club se hizo con el esfuerzo de los socios y hoy, casi la mitad de las casas está bajo el agua. No somos usurpadores, no nos hemos metido donde no se puede construir, como dicen algunos, porque de todo esto hay planos y habilitaciones del gobierno”.
Julio es uno de los socios que hoy tiene su casa inundada: “No hay manera de llegar hasta allí porque hay un metro de agua. Perdí todo, muebles, electrodomésticos, un cuatriciclo y dice el gobierno que el agua no va a bajar hasta agosto”.
Pero también sobre la margen este del dique, la que pertenece a Rivadavia, el agua ganó las instalaciones más cercanas a la costa, como algunos quinchos de Recursos Naturales o una las rampas para bajar lanchas en El Pelícano: "El año pasado hicimos un terraplén y aguantó la crecida, pero este año no porque hace falta mucho dinero, camiones con tierra y maquinarias", explica Betsabé Olguín, que es la encargada del ingreso.
El Carrizal fue construido para administrar el agua de riego, pero eso no quita que se haya convertido en un punto turístico importante, con una concurrencia anual en sus clubes que supera las 600.000 personas. Aumentar la cota máxima del dique hizo que se reduzcan sus terrenos y que muchas instalaciones queden bajo el agua, aunque sea por unos pocos días.
Hay preocupación en los clubes instalados en este sector, que buscan algún tipo de resarcimiento, un tema que no es sencillo de resolver ya que si bien tienen derechos adquiridos, luego de un decreto de 1973 que reglamenta la administración y construcción en esas tierras costeras, la principal función del dique ha sido siempre el riego de cultivos.
Debajo de la cota
Desde Irrigación admitieron que pudo haber problemas en el muro frente al club San Martín, pero subrayaron que en El Carrizal existen muchas construcciones por debajo de la cota permitida: “Hay casillas y quinchos en zonas donde alguna vez podía llegar el agua, es lo que ha ocurrido”.
Los inspectores de cauces del Tunuyán Inferior se reunieron ayer para reiterar su conformidad con el levantamiento de la cota del dique El Carrizal y también para respaldar los dichos del superintendente de Irrigación, Sergio Marinelli, quien ha señalado que por calendario, recién en agosto bajará el nivel del agua. "El Carrizal se hizo para regar los cultivos y es bueno que permanezca en su cota máxima hasta el 5 de agosto, cuando comenzará la erogación para riego.
El agua que hoy sale del dique es la que excede el máximo, porque está entrando agua todo el tiempo desde el Tunuyán Superior”, señaló Juan Pablo Villarruel, subdelegado del Tunuyán Inferior.