Los protagonistas siempre serán los jugadores. Ellos son los que ganan y pierden los partidos. Son los que cortan las redes. El básquet de Mendoza volvió a tocar fondo.
Esta vez fue por culpa de un directivo de Atenas Sport Club, sin dudas una de las instituciones más históricas y ganadoras del baloncesto local.
Había terminado el partido por la cuarta fecha del Clausura A1 entre Capital y Atenas en el Gimnasio N° 2 (ganó el Apache 71-66, hoy el resultado es lo de menos).
Nuestro redactor Gustavo Villarroel, finalizado el juego, saludó a los jueces, a los jugadores de Capital y a la mayoría de los jugadores de Atenas.
Estamos hablando del “Pucho” ese periodista que pelea por el básquet de Mendoza como ninguno. Cuando salía del estadio de Capital y cruzaba la cancha de vóleibol, estaba estacionado el auto del vicepresidente de Atenas, Luis Jezowoicz.
El directivo esperó a Villarroel y cuando éste pasaba por su lado, lo paró, increpó y le exigió que le explicara un posteo en su facebook personal (de hace varios meses).
Entredichos y acusaciones que vienen en las redes sociales desde 2012, cuando se creó el perfil Basquetmenduko. Villarroel afirmó que no tenía problemas. De inmediato, el directivo, le dijo: “No tartamudees, sos una basura” y le pegó una cachetada en su mejilla izquierda.
Como buen profesional, Villarroel, quien estaba acompañado de su hija y su señora, no reaccionó.
Apareció en escena su hijo Lucas Jezowoicz, jugador de Atenas, quien intentó a agredir físicamente a nuestro periodista y lo descalificó verbalmente.
Lamentable que una persona que lleva adelante los destinos de una institución recurra a la violencia. Nada, ni siquiera una crítica periodística, justifica la insólita actitud del agresor, la que repudiamos como lo hizo todo el ámbito del básquetbol local.