El cáncer del odio

La furia que ciega el sentido de la conciencia republicana no es un fenómeno nuevo, aunque no por ello menos deplorable. Desde aquél “Viva el cáncer” a la violencia de las sucias campañas del presente.

El cáncer del odio

Por Alfredo Leuco - Periodista

No es la primera vez que el cáncer es parte de la batalla política. Un sanguinario gorila escribió en una pared “Viva el cáncer”, mientras Eva Perón se estaba muriendo. Aquel suceso quedó incorporado a lo más nefasto de la historia argentina y como una demostración del poder destructivo que tiene el odio. El odio es peor que el cáncer.

O mejor dicho el odio es el cáncer de la convivencia pacífica y republicana y del pluralismo democrático. El odio que han instalado los Kirchner para fracturar la sociedad y sojuzgarla es la herencia más maldita que van a dejar esta docena de años dañinos.

Casi como una pirueta del destino, un ministro que presuntamente debería defender la salud pública utilizó la misma furia y la misma enfermedad para multiplicar el odio hacia Mauricio Macri e inseminar el terror en las venas abiertas de la sociedad. El doctor Daniel Gollán tardó más de seis horas en denunciar que su cuenta de Twitter había sido hackeada. O tuvo una feroz ineficiencia o no le importó demasiado el tema o es una mentira grande como un ministerio.

Lo cierto es que su intento repugnante de asustar a los enfermos de cáncer diciéndoles que piensen bien el voto porque los centros asistenciales oncológicos van a seguir funcionando sólo si gana Daniel Scioli es de una bajeza y de una inmoralidad sólo comparable con aquella frase contra Eva Perón. Gorila no es solamente aquél que odia al peronista en tanto peronista. Gorila es aquél que fomenta la utilización del odio y el terror en una campaña electoral.

El odio y el terror son dos venenos típicos de los terroristas de derecha y de izquierda. Los que matan en nombre de una fe o una idea necesitan fanatizarse para autojustificar semejante locura. Por eso apelan al odio y al terror. Son el cáncer de las sociedades democráticas y el caldo de cultivo de las dictaduras.

A esta altura importa poco si Gollán escribió o no esos 140 caracteres que hablan más de él que de Macri. Lo cierto es que los tuits anteriores tienen el mismo concepto rector y anuncian cataclismos y tsumanis si llegara a ganar Macri. Es perverso y muy grosero que gente grande todavía tenga la impronta del infantilismo suicida de la guerrilla de los ’70. Todos los kirchneristas, incluso los más moderados, conviven con Fernando Esteche, Luis D’Elía y Milagro Sala.

El lenguaje que utilizan es jurásico y violento. Sus propuestas son chavistas en el sentido de Nicolás Maduro. Esto es, “vamos a las elecciones pero sólo para ganar. Si perdemos llamamos a las fuerzas armadas y gobernamos en nombre del pueblo contra el imperialismo norteamericano”.

A esta altura no los guía ni siquiera la ideología clasista. Son ladrones de cuarta que se niegan a dejar el poder. Utilizaron a los más humildes como escudos para robar fortunas. Las hijas de Hugo Chávez son megamillonarias y tienen todos sus dólares manchados en sangre en bancos de Europa. Sin embargo en Venezuela los pobres se multiplicaron. ¿Le suena el caso Hotesur, Lázaro y Cristina un solo corazón? No fue un Milagro que en Jujuy ganara Gerardo Morales por paliza las elecciones. No fue magia. Fue la respuesta de la mayoría de la comunidad a la reducción a la servidumbre y a la estafa económica con que Milagro Sala trata a los más humildes y necesitados. Esa organización castrense maltrata a quienes dice defender.

Fernando Esteche ya estuvo preso por tirar bombas molotov e incendiar un local en la provincia del Neuquén. Ahora llama a resistir en la lucha callejera si Macri llega al poder. Lo dicho, igual que Maduro, se caga en la democracia. Es una democracia popular si ganamos y si perdemos es una democracia burguesa. No construyen ciudadanía. Abusan de la democracia para conspirar desde adentro.

Lo mismo pasa con Luis D’Elía y otros personajes menores. Dice ahora el piquetero antisemita que Macri es el candidato de los Estados Unidos y el águila imperial. Lo mismo que decía de Daniel Scioli hasta que Cristina lo designó candidato. Son propuestas guerreras que se esconden detrás de los pantalones de Scioli. Igual que Hebe de Bonafini. Ella trata de mierda y de mussoliniano al candidato que dice que hay que votar por orden de Cristina.

Cualquier líder político de verdad debería dejar bien en claro qué opina del fantasma de la muerte por cáncer que enarboló Gollán o de las amenazas insurreccionales de Esteche o D’Elía. Si Daniel Scioli no se saca esas mochilas de encima seguirá perdiendo votos. No conozco gente sensata que tenga entusiasmo por votar a un candidato apoyado por estos personajes antidemocráticos. Se equivoca Scioli si cree que todo suma.

Se equivoca en no tomar distancia de los talibán. Abre las dudas razonables de muchos ciudadanos que se preguntan cómo va a gobernar si gana la elección, si ahora en la campaña no puede, no sabe o no quiere controlar el revanchismo de Cristina o los brulotes de los Gollán, Esteche y compañía. El dicho popular plantea con sabiduría que con amigos así, Scioli no necesita enemigos. De hecho, Macri no responde y deja que crucen esos rayos y centellas.

El arquitecto Julio De Vido, un corrupto de magnitud, está a días de que se descubra la forma en la que manejó con coimas la obra pública. Se prometen arrepentidos y aporte informativo internacional. Sin embargo caracteriza de mosca a Florencio Randazzo que demostró que le quedaba dignidad, un bien tan escaso en estos días. Víctor Hugo Morales confiesa que tiene ganas de vomitar sobre Jorge Lanata y dice que Héctor Magnetto es un cáncer moral. Otra vez el cáncer. Horacio Verbitsky acusó a Mauricio Macri de pedófilo, sin una sola prueba.

¿No será mucho?

Aníbal Fernández sigue dictando cátedra como si hubiera salido campeón del mundo y fue el collar de tractores que hundió al peronismo en la peor actuación de su historia moderna. Hasta un ex amigo suyo, como el doctor José Pampuro, salió a decir poco menos que Aníbal quiere que todos los peronistas pierdan para disimular su derrota.

O que lo de Gollán es inmoral e imperdonable. Pampuro lo dijo con 42 años de peronista republicano, como sciolista, como médico y como paciente que está enfermo de cáncer. ¿De qué van a acusar a Pampuro? ¿De gorila proimperialista al servicio de las corporaciones mediáticas? Son muchos los funcionarios como él que huyeron del lado de Cristina: Lavagna, Alberto Fernández, Sergio Massa, Rafael Bielsa, Randazzo y siguen las firmas.

¿Todos son traidores o en algún momento se dieron cuenta del liderazgo tóxico, maltratador y verticalista que genera Cristina y resolvieron hacer rancho aparte?

Intentar meter miedo a una sociedad no es de patriotas. Es de perversos. Asustar con el fantasma del cáncer es de gorilas antipopulares. Por eso Gollán tiene que renunciar ya mismo. Ni Evita ni Macri se merecían lo que pasó. Una democracia desarrollada y republicana nos obliga a extirpar el cáncer del odio y hacerlo antes de que haga metástasis en todo el cuerpo social.

Seremos una patria de verdad cuando todos gritemos que viva la democracia y que mueran el odio y el cáncer. Todo tipo de cáncer y todo tipo de odio.

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