Un verdadero partidazo se vivió el viernes en Villanueva entre Canarios y Apaches. Un duelo que prometía mucho y estuvo a la altura de las expectativas. Allí, el conjunto local, nuevamente, dio una buena muestra de básquetbol en su estadio. Derrotó contundentemente al Apache y sigue demostrando por qué fue el primero en la tabla general del Clausura 2018.
El partido fue muy parejo durante 30 minutos. Durante toda esa paridad, casi siempre la ventaja la tuvieron los dirigidos por Sergio Pedemonte.
Con un juego simple, en el que rota la pelota por el perímetro buscando desequilibrar a la defensa y encontrar al jugador libre, el Canario resuelve todo el partido. Y siempre que puede, intenta meter la pelota al poste bajo para el pivot venezolano, Jesús Martínez y allí hay dos opciones: Martínez busca la jugada individual para convertir o, cuando le doblan la marca, reparte el balón tanto hacia los que están abiertos en la línea de tres como para los que cortan hacia canasta.
Del otro lado, Atenas siempre contó con los bombazos que castigaron en el momento justo. En el primer tiempo, Joel Sierra y Gabriel Rivero le dieron esa posibilidad al conjunto de San José. Y si bien en el segundo cuarto no tuvo su mejor tarea, luego, el canadiense Osman Barrie, fue fundamental en ataque y en defensa conteniendo a Jesús Martínez.
Al último período entraron con tan solo una diferencia de dos puntos. Pero Murialdo mostró carácter, jerarquía, que a pesar de ser un equipo repleto de jugadores juveniles del club, sale a la luz que están preparados para absolutamente todo y ahora nada puede sorprendernos. El quinteto de Pedemonte estuvo imparable. Un parcial de 17-6 puso el marcador en 82-69 y la historia se puso negra para la visita. ¿Las claves?
Dejaron anotar a Martínez (que había tenido poca participación en el tercero) y con eso, lo dejaron crecer al venezolano, que a partir de ahí no lo pudieron controlar. Y por supuesto la carta fundamental del Canario: Pablo Furlanetto. Con la muñeca de seda, dejarlo solo en el perímetro es un delito, porque con el arma en mano, apunta, dispara y no falla.
Atenas terminó por tirar la toalla a falta de 2 minutos de juego y a pensar en el próximo juego.
Hoy, es la revancha, a las 21, en el mítico Nelson "Pipío" Pedemonte. El Apache tendrá a favor su cancha y su gente, que alienta todo el partido. Pero Murialdo no quiere dar tregua.