El 15 de agosto de 2014 se cumplen los 100 años de la primera travesía del vapor Ancón a través del Canal de Panamá. El slogan oficial de las conmemoraciones sintetiza la importancia de la obra y su significado: "Un siglo uniendo al mundo".
La independencia panameña de Colombia estuvo indisolublemente unida a la construcción del canal. Para comprender el valor estratégico de ambas -independencia y canal- es útil ubicarlas en el marco de las intervenciones de Estados Unidos en el Caribe y América Central, pero en permanente tensión con algunas potencias europeas.
Luego de haberse cumplido la etapa de expansión continental del Destino Manifiesto, Estados Unidos tuvo claras intenciones de extenderse por el Pacífico y para ello debían dominar la zona y crear un paso interoceánico. Desde el primer momento los norteamericanos tuvieron que enfrentarse a los intereses ingleses. Las rutas tenían un valor estratégico y fueron objeto de rivalidades que varios acuerdos intentaron regular.
El primer eslabón de la larga cadena diplomática fue el tratado Bidlack-Mallarino (1846) firmado entre Colombia y Estados Unidos. Estos obtuvieron los derechos de tránsito, neutralidad y de construcción de un ferrocarril transoceánico a cambio de garantizar la integridad del Estado colombiano.
Cuatro años después, Gran Bretaña y Estados Unidos firmaron el Clayton-Bulwer por el cual ninguna de las dos potencias podría ocupar, dominar, fortificar o colonizar ninguna zona de América Central. Se establecía un equilibrio o statu quo en la carrera de ocupaciones estratégicas.
Colombia tomó la iniciativa de firmar el Salgar-Wise (1876) con la Compañía Francesa de Lucien Napoleón Bonaparte Wise. Ésta adquiría la concesión por 99 años. Pero pronto quebró y tuvo que ceder sus derechos a la Compañía Universal del Canal Interoceánico de Ferdinand Lesseps, quien ya había construido el de Suez. No fueron aquellas dos las únicas compañías que se sucedieron en el tiempo. Finalmente los trabajos comenzaron en 1882 con altibajos, interrupciones y dificultades de todo tipo.
La carrera diplomática fue ganada por los Estados Unidos. Al comenzar el siglo XX se firmó con Gran Bretaña un nuevo tratado, por el cual los ingleses renunciaron al dominio de la zona y dejaron en libertad a los norteamericanos para construir un canal, aunque manteniendo la neutralidad.
Estados Unidos compró la concesión de la Nueva Compañía del Canal con una franja de 10 km. de tierra. Así, en 1903 intentaron un nuevo acuerdo, conocido como Hay-Herrán, por el cual Colombia les cedía por 99 años los derechos para construir y explotar el canal. La entrega era total, salvo porque se resguardaba la soberanía. Pero el Congreso colombiano no lo aprobó.
Como consecuencia directa de esta negativa, el 4 de noviembre de ese mismo año se inició una revuelta en Panamá con el apoyo norteamericano que condujo a la independencia. Panamá fue reconocido por Estados Unidos en un tiempo récord: dos días después de haberse constituido.
El líder de la insurrección fue el francés Phillipe Bunau Varilla quien, antes de que hubiera terminado el mes, firmó un acuerdo por el cual los estadounidenses recibían a perpetuidad los derechos a la construcción, fortificación, uso, control y monopolio del sistema de comunicación con una franja de tierra con soberanía, a cambio de una compensación monetaria. Obtenían, además, el derecho a intervenir en los asuntos internos para salvaguardar la paz y el orden.
Hubo conciencia del significado de la entrega y existió un revisionismo canalero que buscó revertir los términos de este tratado Hay- Bunau Varilla, pero el camino reivindicatorio que se debió recorrer fue muy largo y estuvo lleno de contrariedades para los panameños.
Las relaciones entre ambos países atravesaron diferentes etapas y no siempre fueron cordiales. Las autoridades zoneítas cometieron abusos, expropiaciones y establecieron un régimen de apartheid que se constituyó en uno de los aspectos más vergonzosos. Este sistema de segregación y el prejuicio racial se expresa como denuncia apasionada en las novelas canaleras de Joaquín Beleño.
Muchos sectores lucharon con distinta intensidad por obtener mayor participación en la economía canalera o transitista. La diferencia la hizo la efervescencia estudiantil que comenzó a fines de la década del '50 con la "operación soberanía" y se convirtió en la vanguardia de las luchas de reivindicación nacionalista.
En 1977 se firmaron los Tratados Torrijos-Carter. El apoyo internacional fue unánime. Quedaban abrogados y sustituidos todos los convenios y acuerdos preexistentes entre Panamá y los Estados Unidos, además de establecer la reversión de tierras, aguas, edificios e infraestructura. El primero de ellos tenía una fecha fija de terminación al mediodía del 31 de diciembre de 1999, la que efectivamente se cumplió y el canal fue devuelto.
Diez años antes, la cruenta invasión del ejército norteamericano denominada "operación justa causa" puso fin a la narcodictadura de su antiguo aliado Rafael Noriega e hizo temer a los panameños que no se respetaran los acuerdos. En este contexto surgió la fama de que en el país se "lavaban los dólares" provenientes de la droga.
Desde hace 15 años la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) es la encargada de gestionar en forma privada la administración, funcionamiento, conservación y mantenimiento de una de las principales vías del comercio marítimo mundial que conecta más de 144 rutas, 1.700 puertos y 160 países. Sus principales usuarios son Estados Unidos China, Chile, Japón y Corea del Sur.
La celebración del centenario llega entre multimillonarias y gigantescas obras de ampliación. El tercer juego de esclusas permitirá el paso de buques post panamax, de mayor tamaño y capacidad de carga y por ello el de buques petroleros. Panamá fue un modelo clásico de economía de enclave basada principalmente en los servicios.
Hoy se encuentra en una situación que le permite disponer de los recursos que genera el canal y la conectividad la ha posicionado como centro de transporte, logística y servicios que implican una oportunidad única de crecimiento para el país. El sector terciario de la economía representa el 75% del valor del PBI. Ello es debido a su peculiar modelo de desarrollo, consecuencia directa de la construcción del canal y del sistema monetario que establece el dólar como moneda.
El canal ha permitido acortar el tiempo, las distancias entre los centros de producción y consumo y los costos, como así también unir diferentes culturas. Pero es una historia llena de conflictos y sacrificios humanos. De los más de 56.000 hombres y mujeres que llegaron de todas partes del mundo, muchos permanecieron en el país y han contribuido a conformar el cosmopolitismo que caracteriza a Panamá.