En lo que para todos los hinchas de San Lorenzo es una gesta histórica, probablemente la mayor hazaña deportiva de la historia del club, la Libertadores 2014, el equipo no había ganado de visitante: apenas tres puntos de 21 fuera de casa.
El debut en la versión 2015, en la que tiene como objetivo mantener la Copa del año pasado, el Ciclón arrancó con victoria: 2-1 a Danubio en Montevideo. Clave no sólo porque tres puntos de arranque representan mucho para pasar de fase, también porque a Boedo le tocó una zona que complicada, con Corinthians y San Pablo.
Un triunfo para festejar y para levantar la autoestima de San Lorenzo, en un partido que perdía casi desde el comienzo cuando el fondo de los de Bauza fue ingenuo y por no decidirse a rechazar la pelota facturó Castro para Danubio.
Durante largos minutos el Ciclón fue impreciso y con poca profundidad. Romagnoli había tenido una clara, aunque San Lorenzo no expresó la personalidad necesaria como para merecer el empate. Seba Blanco intentó liderar los ataques aunque falló bastante en la distribución. Bauza hizo cambios en el ST: Cauteruccio, Barrientos y Mussis por Villalba, Mercier y Romagnoli.
San Lorenzo mostró más ímpetu que juego. Mussis tuvo la más clara con un remate desde afuera. La sensación de gol creció más porque el fondo uruguayo perdió resistencia y llegaron los dos minutos mágicos de los dos Mauro: Matos capitalizó un rechazo y al toque Cetto facturó tras un córner en que la pelota fue peinada. Casi que se encontró con el balón. Así fue como San Lorenzo se encontró con una victoria impresionante en la defensa de su título.