El campeón ganaba, se durmió y casi lo pierde

River se quedaba con “La Plata” por un tanto de Teo Gutiérrez, pero apareció Vegetti y le dio el empate a Gimnasia. En el cierre, el delantero del Lobo erró una chance clara que pudo significar el triunfo local.

El campeón ganaba, se durmió y casi lo pierde
El campeón ganaba, se durmió y casi lo pierde

Hubo dos partidos en una misma noche, en un mismo escenario. El primero fue antes de un apagón. El segundo comenzó cuando se hizo la luz. Se iluminó River, brilló, centelleó apenas el ingresado Teo Gutiérrez puso la cabeza para el 1-0. Tanto se había hablado de la demora del colombiano que ahora llegó más puntual que nunca en el anticipo a Fernando Monetti.

Sin embargo, cuando Marcelo Gallardo disfrutaba de la suerte y de la cabeza de su delantero, en ese mismo momento, se le vino la noche. La victoria estaba ahí. Estaba... Gimnasia empujó hasta que encontró al oportunísimo Pablo Vegetti. El mismo Vegetti quedó nuevamente mano a mano ante Chiarini en la última de la noche. Falló. Sí, un final increíble.

River no sólo pasó una noche de sufrimiento. También se llevó otras noticias de La Plata. Por ejemplo, la lesión de Marcelo Barovero y el debut de Julio Chiarini. Este equipo sigue siendo el último campeón en los papeles pero ya no tanto en el pasto. Ante Gimnasia y Esgrima, el conjunto del Muñeco padeció más de lo que jugó. La apuesta de ataque inspirada en el “Día del Niño” no dio ningún regalito. A Driussi y a Boyé les costó soltarse. Sólo pudieron correr en una contra en el primer tiempo. Y chocaron con Monetti.

Pero, cierto: no es justo caerle a Gallardo en su segundo partido oficial en River. Lo que sí es evidente es que este River ni siquiera respeta los enunciados futbolísticos con los que se presentó en sociedad el DT. River no decide con la pelota, River no se inspira en la técnica de sus jugadores, River no tiene vértigo. Por ahora... Claro, no está Fernando Cavanagh, se fueron Carlos Carbonero, Manuel Lanzini, etcétera.. Y encima se lesionó Barovero.

Quizá el mayor problema de River fue de gestación. Sin un claro plan para salir desde el fondo, progresar le resultaba una aventura quijotesca. Y cuando perdía la pelota se profundizaban todos los complejos. Con la bandera de Ponzio, se repitió en quedar mal parado en el repliegue defensivo. Gimnasia le generó dificultades a la espalda de los volantes. Fue mucho más claro en el PT y pudo sacar la diferencia por medio de Licht. El partido se enredó. Hasta que con todas las luces cambió el desarrollo. Y llegó el final increíble, con el empate y casi triunfo del Lobo en el cierre.

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