El Qhapaq Ñan, el sistema vial andino que atraviesa siete provincias argentinas y seis países de la región, fue declarado hoy Patrimonio Mundial por la UNESCO, una decisión que se celebrará el próximo miércoles en el sitio Pachacámac, cerca de la capital peruana, con la presencia de la ministra de Cultura Teresa Parodi.
El anuncio se realizó durante la 38. sesión del Comité de Patrimonio del organismo en Doha, Qatar, donde se decidió por unanimidad que esta columna vertebral del Imperio Inca, que conectaba centros de producción, administrativos y ceremoniales, fuera finalmente Patrimonio Mundial y reconocida internacionalmente como un itinerario cultural transnacional.
Lo inédito de esta gran decisión es que, por primera vez, seis países sudamericanos -Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú- que desde hace más de diez años trabajan en conjunto en un proceso original y de innovadora cooperación regional, realizaron la postulación conjunta que finalmente tuvo su reconocimiento.
La inclusión por unanimidad del Qhapaq Ñan, que cuenta con 310 sitios arqueológicos, es la nominación más grande de la historia del Patrimonio Mundial. La coordinadora de este proyecto, Nuria Sanz, dijo a la prensa que la aprobación unánime de todo el comité, se dio después de "una discusión bonita y necesaria en el seno de la UNESCO".
"El Qhapaq Ñan constituye el vínculo de las comunidades con su historia, con sus antepasados, con su territorio; además de ser elementos fortalecedores de la identidad cultural", sostuvo la ministra de Cultura argentina que viajará al Perú para celebrar esta decisión junto a su par de Turismo, Enrique Meyer.
Argentina, a través del Ministerio de Cultura, el de Relaciones Exteriores y Culto y el de Turismo, se ocupó de coordinar con siete provincias involucradas -Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja, San Juan y Mendoza- y los seis países del área andina la elaboración, puesta en valor y reconocimiento del valor universal excepcional de este bien de la humanidad.
Concretamente, expresó la ministra, esta declaración "no sólo es una revalorización y fortalecimiento de la identidad y la diversidad cultural, sino que a la vez se convierte en una posibilidad para generar iniciativas de desarrollo local, que contribuyan a la conservación del medio ambiente y a la mejora de las comunidades de Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja, San Juan y Mendoza".
La importancia de que este antiguo camino incaico ahora tenga este reconocimiento como un itinerario cultural de carácter transnacional, es que se "continuará transmitiendo un mensaje universal: la capacidad humana para convertir uno de los escenarios geográficos más duros del continente americano en un entorno habitable", en palabras de Parodi.
Para su par de la cartera de Turismo, esta visibilización "producirá una corriente de visitas que hará posible, en el mediano plazo, la aparición de prestación de servicios turísticos que, bien planificados y gestionados, generará trabajo digno e inclusión social a la población rural asociada a estos sitios".
El Qhapaq Ñan fue la columna vertebral del poder político y económico del Tawantinsuyo, el EstadoInca y se constituyó como una red de caminos de alrededor de 30.000 kilómetros de largo que conectaba centros de producción administrativos y ceremoniales, cubriendo una extensa área geográfica, que va desde el centro oeste de Argentina y Chile hasta el sur occidente de Colombia.
A lo largo de la historia, esta red caminera que atraviesa la cordillera de los Andes fue utilizada para el traslado de pueblos, de ejércitos de más de 40.000 personas así como el tránsito de caravanas de llamas para el transporte de mercancías y materias primas. Su magnitud vinculaba las tierras bajas cálidas desiertas del Pacífico con las húmedas de la Amazonia, y con las zonas medias y el frío altiplano andino.
En Argentina, donde se conservan 119 kilómetros, atraviesa siete provincias. En esta región losincas construyeron entre 2.500 y 3.000 kilómetros de carreteras que cruzaban el altiplano, valles y desiertos para llegar al territorio chileno, a través de las montañas.
La sección Complejo Ceremonial Llullaillaco, que transcurre entre los 4800 y 6670 metros sobre el nivel del mar, es el ejemplo más sorprendente de cómo los incas dominaban las cimas de los cerros, donde construyeron caminos y edificios a mayor altura que ninguna otra población de la historia.
Como parte de una tradición que tuvo de protagonistas a los espíritus de los cerros (apus), en Argentina se han registrado más de un centenar de santuarios, de hecho, en el Collasuyo -la región más austral del imperio incaico-, y en el noroeste argentino, se albergan la mayor parte de los santuarios de altura de esta civilización.
Este sistema vial, que revela una gran tecnología de 2.000 años de historia, es una herencia concreta del patrimonio cultural inmaterial, el traslado de personas, el transporte de bienes y recursos; los conocimientos, las ideas y los dioses.
Las celebraciones de la designación como Patrimonio Mundial de la Unesco serán el próximo miércoles con autoridades de los seis países en el importante sitio arqueológico Pachacámac, un antiguo oráculo de la época prehispánica y uno de los más consultados del mundo andino.