Por Rodolfo Cavagnaro - Especial para Los Andes
En la última semana hubo anuncios vinculados al comienzo de varios proyectos tendientes a comenzar a producir energías renovables en la provincia de Mendoza, y son noticias que deberían ser proyectadas con mayor intensidad, dada la importancia que tienen para preservar la sustentabilidad del ambiente.
En ocasión de adjudicar los primeros terrenos en el Pasip, en Palmira, se anunció la creación del primer parque de generación de energía solar fotovoltaica. Si bien es un parque experimental con una capacidad de generación de 1 mw, es un paso de suma importancia para comenzar a desarrollar tecnologías, no solo en materia de generación sino también para mejorar la eficiencia en materia de distribución.
Se trata de un avance muy valioso de la empresa provincial Emesa porque es comenzar en nuestra provincia y con profesionales locales, aparte de aporte valioso de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, a desarrollar sistemas que permitan, de a poco, comenzar a reemplazar combustibles fósiles por energía limpia, como la solar.
En el mismo sentido, se anunció la creación de una planta de biogás en Las Heras, en un emprendimiento conjunto de Emesa con la misma Agencia Nacional, el municipio y la UNCuyo a partir de la utilización de residuos sólidos urbanos. La información oficial dice que se planea la generación eléctrica pero también podría usarse para inyectar gas en redes, sobre todo en zonas con dificultades de abastecimiento.
El biogás se obtiene de la fermentación de residuos orgánicos y puede ser una excelente oportunidad para hacer participar a la comunidad, ya que sería muy bueno que en todos los municipios existiera la obligación de clasificar en el hogar los residuos, separando los orgánicos de los que no lo son y pueden ser reciclables, como plásticos, vidrios, cartones o papeles y metales.
La iniciativa es buena pero no debe quedar cerrada a las acciones científicas. La participación activa de los ciudadanos, comenzando con la clasificación hogareña, es una forma clave de toma de conciencia acerca de la necesidad de cuidar con mucho esmero el inestable ecosistema del desierto, que debe ser muy protegido y cuidado.
Pero una de las más interesantes iniciativas fue la publicación de una Resolución del EPRE que reglamenta la posibilidad de que los usuarios mismos generen energía y le puedan vender sus excedentes a las distribuidoras.
Al sistema lo denominan “generación distribuida” e implica un primer paso para fomentar la posibilidad de que los usuarios generen su propia energía. Incluyen solar fotovoltaica, eólica, geotérmica, biomasa o mini centrales hidroeléctricas.
En este caso, empresas o particulares, en acuerdo con la distribuidora de su zona, podrían hacer las instalaciones resguardando aspectos técnicos y generar una especie de cuenta corriente con créditos por la generación y débitos por el consumo. En este aspecto, Mendoza se suma a Santa Fe y Salta, que ya han reglamentado el sistema.
Los responsables mencionaron que hay tres bodegas, ubicadas en Luján, Tupungato y San Carlos que ya tienen sus paneles fotovoltaicos y están planeando ampliar las instalaciones para también abastecer al sistema. La idea final es llegar a 20 años, y con un parque razonablemente funcionando, a un sistema inteligente de distribución, lo que ayudaría a achicar costos y optimizar el uso de esa energía.
Esto es muy auspicioso y España fue el país que con más entusiasmo lo desarrolló, hasta que hace poco un tribunal constitucional declaró la nulidad de tal posibilidad (a pedido de una compañía generadora de electricidad) y se llegó al colmo de declarar delito este sistema de generación.
Hay que manejarse con cuidado para que aquí no se repitan este tipo de situaciones ya que sería lamentable una reedición del caso español.
Mendoza tiene condiciones para generar electricidad de muchas maneras. Incluso, algunas industrias podrían generar electricidad reciclando gases de combustión de sus propias operaciones, evitando su liberación total al ambiente.
Se trata así de un pequeño gran paso que nos puede abrir la puerta para ser una comunidad más limpia y respetuosa del ambiente, pero también más inteligente si aprendemos a reciclar nuestros propios residuos.