En la década del ‘60, el Calvario de Carrodilla perdió una de sus imágenes más apreciadas: la Virgen de los Dolores o Virgen del Encuentro, representación fundacional de ese sitio de fe católica, ubicado en el límite entre Godoy Cruz y Luján de Cuyo.
Un incendio, según una versión, o el accionar de vándalos, de acuerdo a otra, provocaron la destrucción de la efigie, que se ubicaba en la pequeña capilla del sitio, junto al Señor de la Salud, en la plazoleta Fray José Aymont y enfrente de la parroquia Nuestra Señora de La Carrodilla.
El artista plástico, escultor y restaurador Ricardo Cubisino (50), logró crear una imagen a semejanza de la dañada, que la feligresía volverá a apreciar en esta celebración de la Semana Santa.
La imagen original había llegado al lugar en el siglo XIX, aproximadamente hacia 1840, fecha que coincide con la fundación del Calvario por el cura catalán Aymont, integrante de la congregación de los Padres Oblatos de María Inmaculada.
Cubisino investigó el tema durante 3 años, antes de ponerse a trabajar en la escultura. Determinó que la imagen que se había destruido pertenecía a las esculturas existentes en el Calvario, junto al Señor de la Salud, San Juan Evangelista, Santa María Magdalena y dos representaciones articuladas de Cristo, que se usaban para las procesiones y celebraciones de Semana Santa. Estaban colocadas en la capilla primitiva de adobe y barrio encalado, con techo de caña.
Sostiene el escultor que todas esas obras de arte religioso fueron traídas del norte de Argentina, acreditando una influencia boliviana.
Las características de confección corresponden al estilo colonial, con la concepción de imágenes de candelero, de vestir y con cabello natural, entre otros aspectos. “La imagen de la Virgen de los Dolores correspondía a connotaciones y gustos de la época, pleno siglo XIX”, añade el artista.
Sobre qué pasó con la Virgen, sostiene que hay dos versiones: una señala que se destruyó en un incendio, y otra atribuye su desaparición al accionar de vándalos, hace más de 50 años.
De todas maneras, desde aquellos tiempos nunca más se tuvo una figura de candelero como la original. En un tiempo se usó una virgen de yeso, a la que se le ponía una capa de terciopelo simulando una imagen de vestir, pero carente de todos los matices de la figura desaparecida.
A imagen y semejanza
Después de tres años de estudio, Cubisino estuvo en condiciones de hacer la efigie. Se basó en material fotográfico y en la tradición oral para por fin esculpir una representación en madera, bastante similar al ícono destruido. También contó en su labor con la ayuda de los misioneros oblatos (historiadores) y pasó muchas horas en la hemeroteca de la Biblioteca San Martín, especialmente consultando crónicas antiguas de diario Los Andes.
Plasmó la virgen en madera y pasta de madera, vistiéndola a la usanza española, que consiste en luto castellano (riguroso negro) y rostrillo blanco.
“Así se vestían las viudas de la corte del rey Felipe II. Esa vestimenta de negro es por la muerte de Jesús en la cruz y la forma de trasuntar el dolor por parte de la Virgen”, acota el artista.
Por otra parte, los feligreses y visitantes observarán una aureola de madera dorada con 12 estrellas de alpaca, que tienen como simbología a la mujer vestida de Sol, con la Luna debajo de sus pies, como aparece la Virgen en el Apocalipsis de San Juan (simbología mariana). Inclusive la figura tiene un rosario azabache, antiguo, que fue donado por Antonio Curri, un hombre ya fallecido.
Otro detalle que Cubisino tuvo en cuenta es el corazón de la advocación, hecho de alpaca esmaltada con 7 espaldas clavadas. “Esto -acota- tiene que ver con la veneración a la Virgen en la Edad Media, en una revelación a Santa Brígida de Suecia”.
La imagen será bendecida mañana a las 20 en el templo de Nuestra Señora de La Carrodilla por los padres oblatos. Luego quedará en el Calvario en la capilla del Señor de la Salud, junto al Cristo yacente.
Por último, hay que indicar que durante la Semana Santa estará arropada de luto y se usará en dos procesiones: la del Jueves Santo a la noche y en la tarde del Viernes. Para las Pascuas cambiará su indumentaria por prendas blancas, símbolo de alegría por la Resurrección. Así quedará vestida hasta Corpus Christi.
Las 7 espadas del corazón
Las 7 espadas que los fieles observarán en el pecho de la Virgen representan igual número de dolores que se le atribuye haber sufrido, según explicó Cubisino.
“Las 3 espadas de la derecha son los pesares que tuvo la Virgen en la infancia de Jesús: la profecía de Simeón, la huida a Egipto, y el niño perdido en el templo. Las del lado izquierdo representan las aflicciones durante la Pasión de Cristo: María se encuentra con Jesús en el camino al Calvario; Jesús muere en la Cruz; María recibe el cuerpo debajo de los maderos (La Piedad); el último dolor es la sepultura de Jesús”.
El artista
Ricardo Ariel Cubisino Richardi egresó de la Academia Provincial de Bellas Artes de Mendoza. Realizó cursos de perfeccionamiento y capacitación de moldes y esculturas en fibra de vidrio, matricerías en diversos materiales, fundición en bronce, decoración de pátinas y restauración y puesta en valor de patrimonio cultural.
Sus obras. Se encuentran entronizadas en catedrales, basílicas, templos, capillas, oratorios, congregaciones religiosas, museos, paseos públicos y colecciones privadas a nivel provincial, nacional e internacional.
Algunos trabajos. Se destacan la imagen de la Virgen de la Medalla Milagrosa en el Puente Olive, y la de la Virgen de Lourdes en la entrada del santuario de El Challao. También una escultura en madera del Papa Juan Pablo II en la iglesia de Las Heras, entre otros.
Fieles agradecidas
Olga Bianchi (79), habitante de Carrodilla, es una de las personas que conoció la vieja imagen cuando era veinteañera. La recordó así: "Era muy bonita. La expresión de su rostro revelaba el dolor que sentía. Fue una pérdida muy triste…".
Por su parte, Amanda Reynoso (75), encargada del museo y santería de Nuestra Señora de La Carrodilla, expresó: "Admiro al señor Cubisino porque ama a la Virgen de La Carrodilla y a todas las demás advocaciones. No conocí la primitiva imagen pero estoy y estamos muy entusiasmados con la nueva que viene. Hace 2 años que la estamos esperando".
Mientras, Carlota Aubone (65) opinó: "¡Qué mejor realidad podríamos vivir que la de volver a apreciar otra vez al Señor acompañado de su madre!".