El abogado argentino Marcelo Crovato es un preso político que lleva casi 3 años en una cárcel de Venezuela, está grave de salud y le pide al presidente Mauricio Macri que interceda para lograr su liberación. Crovato, que también tiene nacionalidad venezolana, ha enviado cartas al mandatario argentino solicitando su ayuda. Y todavía no obtuvo respuesta, pero confía en que pronto le van a prestar atención.
Se trata del único argentino entre los 107 presos políticos que padecen el calvario penitenciario del régimen de Nicolás Maduro.
Se intentó consultar al cónsul argentino en Caracas, Diego González. Se exigió un pedido formal por escrito, que -indicaron- el diplomático responderá de la misma manera. Si eso sucede, será publicado.
Elky Arellano, la esposa de Crovato, contó que tuvo una reunión con el cónsul entre octubre y noviembre, y pidió ayuda al gobierno. Agregó que le prometieron indagar en el Juzgado 9º de Control de Caracas: “Pero hasta ahora no tenemos noticia de que haya tramitado alguna gestión”.
La audiencia preliminar de Crovato con la Justicia ha sufrido ya 40 postergaciones durante estos tres años, y no se sabe cuándo será la definitiva.
El caso de Crovato ha sido denunciado en los organismos internacionales como la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, Amnistía Internacional y Human Rights Watch, junto a la situación del líder opositor Leopoldo López, también detenido.
De madre argentina y padre venezolano, Crovato nació en Caracas hace 50 años. Su físico se ha deteriorado de manera acelerada por su delicada salud y por el encierro al que se ha sido sometido.
Todo comenzó el 22 de abril de 2014, según relató su esposa: a él le tienen prohibido hablar con la prensa. Eran las 5 de la madrugada cuando Crovato recibió una llamada de un cliente para que lo asistiera porque la policía le estaba allanando la residencia, en Chacao.
Crovato acudió y vio que el procedimiento se había realizado sin orden de cateo por el Centro de Investigaciones Criminalísticas Policiales (CICPC). Una hora después los agentes le ordenaron que fuera a declarar a la sede policial en Caracas, donde le notificaron que estaba detenido por darle asistencia legal a su cliente.
La policía venezolana lo detuvo y le imputó 4 cargos “sin pruebas”: obstrucción de vía pública, desobediencia de las leyes, intimidación pública y asociación para delinquir. Fue encarcelado en el penal Yare III, que queda a 2 horas de Caracas.