Los 45 grados de sensación térmica en Santiago del Estero hicieron que la jornada santiagueña fuera un verdadero infierno.
De principio a fin se notó la incomodidad de los jugadores albirrojos, quienes manifestaron sentirse ahogados durante el encuentro.
Lo extraño fue que hasta los jugadores locales, más acostumbrados al clima, sufrieron el horario del encuentro.
Bien por la policía local
"En esta provincia no van a hacer lo que ustedes quieran". Así, con estas palabras, el efectivo policial le dejó en claro a la dirigencia local que no había vía libre para la impunidad y el atropello.
Fue en la llegada del plantel albirrojo, cuando los santiagueños amagaron con pasarse de guapos. De ahí en más, quedó en claro que el mínimo incidente iba a perjudicar a la entidad tricolor, por lo que la tarde se vivió en paz y sin sobresaltos.
“Nos han tratado maravillosamente”, confió Javier Villaseca, echando por tierra cualquier recepción belicosa. Además, con el antecedente cercano de lo ocurrido en Bahía Blanca, donde un arbitraje escandaloso le dio el ascenso a Villa Mitre, Gastón Monzón, el colegiado designado para impartir justicia, tuvo una tarde de altísimo nivel, acertando en la mayoría de sus fallos y sin dejarse llevar por los airados reclamos locales.
Calurosa despedida
Parecía que la tarde iba a terminar sin mayores novedades, pero la barra local, luego de aplaudir a sus jugadores cuando se retiraban del campo de juego, decidió pasar por el camarín a buscar un "obsequio". Sin embargo, tras la negativa a permitir su ingreso, quien parecía ser el jefe del grupo, rompió la puerta del vestuario a patadas y todos ingresaron. ¿La dirigencia local? Bien, gracias.