Mañana se vivirá el primer capítulo de la trilogía de Superclásicos. En La Bombonera, y por el torneo local, Boca y River tendrán un partido especial pero no determinante, como sí lo serán los de Copa Libertadores. Eso lo tiene muy claro Marcelo Gallardo, quien afirmó: “Lo que pase el domingo no condicionará a ninguno. A partir del lunes tendremos que pensar en una serie de 180 minutos; lo que pase el domingo no condicionará a ninguno", explicó el Muñeco y optó por no dar el once que saldrá a La Bombonera: “El equipo lo tengo en la cabeza pero no lo voy a dar porque no se los di a los jugadores”.
En su análisis de la trilogía, Gallardo reflexionó: “Van a ser tres partidos diferentes. Ninguno va a coincidir con el otro. El más próximo es el domingo, que va a marcar el termómetro del ánimo para los que vengan pero no va a ser un partido decisivo porque el torneo sigue. Luego vamos a preparar los platos fuertes, que son los partidos de 180 minutos. La Copa no te da posibilidades, los errores se pagan y eso está dentro de las posibilidades porque son equipos de fútbol. Por eso muchas veces no suelen ser buenos los partidos de eliminación. Los de la Sudamericana también fueron muy cerrados. Por eso, el domingo los dos equipos intentaremos fijar nuestra posición y quedar mejor parados jugando mejor. Hay que afrontar el partido siendo valientes”, continuó el entrenador. Con un perfil que siempre se intenta mantener lejos de la polémica, Gallardo evitó responder cuando le preguntaron si era un fracaso ser eliminado de la Libertadores por Boca. “Me gustaría no contestar sobre la palabra fracaso. Esa palabra siempre arma debate. Me gustaría que se hablara de las virtudes y defectos de los equipos. Gusta hablar de cómo va a salir fortalecido el que gana y cómo el otro pero yo no estoy pensando en eso”, concluyó.
Siguen las dudas. Después de haber ensayado con tres equipos diferentes ayer Gallardo optó por un entrenamiento liviano y recreativo para el plantel y recién definiría el equipo el sábado, en el último ensayo previo al primero de los tres Superclásicos. Será a puertas cerradas y servirá a Gallardo para disponer en cancha a los once que enfrentarán a Boca.