Para muchas personas, no hay nada más estimulante que el aroma del café recién hecho por las mañanas. Pero, lamentablemente, el café tiene fama de ser un excelente estimulante, pero también una bebida perjudicial para la salud. Sin embargo, los nutricionistas aclaran: el café sólo es peligroso para el cuerpo por su contenido de cafeína si es tomado regulamente en cantidad excesiva.
La cafeína frena la adenosina, una sustancia secretada por el cuerpo que genera cansancio, y mejora la concentración. Por otra parte, la cafeína estimula la circulación y esto hace que el corazón lata con más velocidad. Esto, a su vez, eleva el pulso y la presión sanguínea. Si el consumo es moderado, esto no representa un problema para la salud.
Para algunos médicos, no hay problemas con un consumo de hasta incluso cinco tazas de café por día, siempre y cuando se sea saludable y no se ingieran junto a la cafeína drogas ni medicamentos.
Una dosis de hasta 400 miligramos de cafeína repartida durante el día es aceptable en un adulto. Sin embargo, no se deberían sobrepasar los 200 miligramos en una sola ingesta de té o café. Una taza con 200 mililitros de café de filtro contiene unos 90 miligramos de cafeína. Para las mujeres embarazadas o que amamantan, las recomendaciones son otras: lo mejor es tomar café muy de vez en cuando.
La ingesta excesiva de cafeína tiene un efecto negativo sobre el sistema nervioso: puede generar alteraciones del sueño, irritabilidad y agitación. Por otra parte, la influencia de la cafeína en el sueño varía de persona a persona.
Más allá de en qué momento del día se tome café, el efecto estimulante comienza entre 15 y 30 minutos después de la ingesta. Después de ese tiempo, la cafeína se distribuye a través de la circulación por todo el cuerpo. Ésta es eliminada luego a través de la orina.
Quienes toman café regularmente pueden sufrir de jaquecas o problemas de concentración si no ingieren la cantidad a la que están acostumbrados. Sin embargo, la cafeína no es considerada una sustancia adictiva.
Hay que tener en cuenta, de todas formas, que un consumo excesivo de cafeína no sólo puede alterar el sistema nervioso, sino que también puede producir problemas de estómago e intestinos. Un consumo moderado, en cambio, puede tener efectos positivos. Una taza de café puede ser conveniente para los pacientes con diabetes, ya que el ácido clorogénico contenido en el café influye positivamente en el efecto de la insulina.
El café tampoco aumenta el riesgo de enfermar de arteroesclerosis o padecer un infarto de corazón. Incluso los pacientes con presión alta pueden tomar café si lo hacen con moderación. A pesar de la creencia extendida, el café no eleva considerablemente la presión sanguínea de una forma que ponga en riesgo la salud. En el caso de alteraciones del ritmo cardíaco, sí hay que tener cuidado y consultar con el médico sobre la ingesta.
Hay un dato clave: el café debe ser sumado al balance de ingesta de líquidos diaria. Todas las personas deberían tomar al menos dos litros de agua al día. De todas formas, debido al efecto estimulante de la cafeína sobre el corazón y la circulación, el café no es adecuado para aplacar la sed.
El café una bebida que puede afectar la salud
El exceso de café puede elevar el ritmo cardíaco, la presión sanguínea, altera el sueño, irrita y agita. Además genera dolores de cabeza.
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