Franqui Aldama, de Matanza, Cuba, y de 38 años es el entrenador que se aventuró a emigrar de su país y desembarcar en tierras cuyanas, con el afán de transmitir los conceptos de la escuela cubana de boxeo porque: "es de las más reconocidas en el mundo, principalmente a nivel formativo amateur y hemos llegado hasta Argentina en busca de profesionalizar a los atletas para que sean rentados."
“Aquí estoy solo, llegué a Mendoza hace un año y tres meses. Sucede que cuando uno de los muchachos que entreno (William) le ganó a los subcampeones olímpicos en Cuba, entonces nos planteamos salir de nuestro país en busca de profesionalizar su carrera. En 2015 un allegado nos trajo a Mendoza y por ahora nos está yendo bien. Lo hemos conseguido con William Scull, quien ya tiene dos peleas profesionales, ambas ganadas por nocaut; una en el primer round y la otra en el cuarto asalto”, retrató el entrenador Aldama.
El método cubano para afrontar un combate ha tolerado grandes variaciones con el paso del tiempo, desde una mayor influencia soviética hasta la construcción de un estilo propio. Si pudiéramos estandarizar al boxeador cubano nos encontraríamos a alguien que como punto fuerte tiene unos movimientos de piernas y un trabajo de pies formidables, que le otorgan ventaja en los desplazamientos sobre el ring para huir de la zona de impacto del rival. Y Aldama profundiza: “En la formación de boxeadores hago énfasis sobre sus condiciones técnico tácticas. Por naturaleza los argentinos son fuertes, sin embargo adolecen de recursos técnicos; en este sentido los preparo para que incorporen el ABC del boxeo: caminar el ring”.
“En su esencia el boxeo es de personas humildes y sencillas. Desgraciadamente muchos jóvenes no tienen nivel de escolaridad. En este sentido el deporte cumple una función de resguardo, uno como entrenador les habla para ser un soporte psicológico de los atletas, inculcando el sacrificio y disciplina”, agrega.
Y la charla nos lleva a memorar el sacudón que provocó la partida de tal vez el revolucionario más significativo de la historia cubana: “Como compatriota sentí la muerte de Fidel, pero no tengo mucho más que decir porque no me inclino por la política”.
Por último, Aldama nos dejó su apreciación acerca de la actualidad del deporte de los puños en la Argentina: “Desde luego que percibo la aguda crisis que atraviesa el boxeo argentino. Desconozco si el problema está en los entrenadores o en los atletas; tal vez se encubra un tema disciplinario. Si eres inconsistente en tu disciplina, no tendrás resultados”.
Sus pupilos en Mendoza
William Scull (24 años): "La decisión de venir a otro país fue complicada, pero gracias a Dios se está dando lo que vine a buscar. Cuando era niño practicaba beisbol en Cuba y un día el profesor de boxeo me mandó a pelear con sus alumnos. Yo me negaba pero me insistió. Finalmente fui y les gané. Ya llevo 12 años boxeando. Tengo dos peleas profesionales, una en San Carlos y otra en Bragado, Buenos Aires, ambas ganadas antes del límite por nocaut".
Acto seguido nos contó acerca de su método de trabajo y cualidades boxísticas: “Me siento bien preparado físicamente. Entreno entre 4 y 6 horas por día, Yo me preparo para ganar pero sé que hay dos bolsas, y si algún día me toca perder me sacrificaré el doble. Los que me conocen creen que mi derecha es el golpe predilecto, pero en realidad la izquierda es más potente”, relató Scull.
Y sobre el calendario que diagraman, contó: “En marzo tengo pactado un combate”.
El experimentado Scull con el novato Verdi. Una sesión de dos que quieren crecer. (Gentileza)
Mario Arano, el promotor de Lucas Matthysse, ha llamado a Franqui Aldama para que William entrene como sparring para su preparación.(Recientemente se ha confirmado que Lucas Matthysse regresará al ring como respaldo del PPV del Canelo Álvarez. Será el 6 de mayo en el T Mobile de Las Vegas).
Asimismo, el cubano de 24 años revela quiénes son su espejo: “Me gustaría llegar a ser como el Chacal Rigondeaux. De Argentina llama mi atención el Chino Maidana. Es muy fuerte y pega como un robot”.
“El boxeo en mi vida es todo, mi razón de ser. No quisiera imaginar mi vida sin este deporte... es que no se hacer otra cosa que boxear.”
En una pausa en las indicaciones de Franqui, su entrenador que hace 1 mes lo prepara, Alexander Verdi (16 años), nos contó que su papá Cristian le sugirió iniciarse en el boxeo hace ya 2 años. "Ahí está mi viejo y mi mamá esperando en el auto hasta que termine de entrenar. Me acompañan siempre", dijo.
Desde entonces ha tenido roce en los Juegos Evita de Mar del Plata y el campeonato argentino de Córdoba. Y recientemente tuvo su primera experiencia internacional, al presentarse en Caldera, Chile y ganar su pelea por puntos ante un púgil local. Afirmó que su golpe es la derecha en punta, el jab. Entrena entre 5 y 6 horas diarias y contó que se priva de su tiempo de ocio para reponerse de las duras jornadas de entreno.
Riguroso con su conducta deportiva ha relegado su vida social para cumplir el sueño de pelear por un cinturón del mundo. Nacido en Carolina del Norte, Estados Unidos, llegó a la Argentina con su familia a los 4 años. Viven en Lomas de Chacras, Luján, y Alexander prometió terminar de estudiar mientras nos puntualizó que ya pasa a cuarto año.
Cristian Millán, que presentó por primera vez, es del barrio Santa Rosa de Las Heras y tiene 18 años. Le contó a MÁS Deportes que se inició en el boxeo procurando aprender acerca de defensa personal, y bajo la mirada de su papá Carlos Alberto, expresó que su mentalidad cambió y adoptó al deporte como su prioridad para forjar el camino como deportista.
“Todo el tiempo veo boxeo, voy a festivales. Salgo poco y llegar a algo grande sería una maravilla", precisó. En su palmarés amateur tiene 15 peleas amateur: "Doce ganadas, dos perdidas y una empatada”, se presentó.
Millán, de 18 años, ya cuenta con quince combates como amateur. (Gentileza)
Y van por buen camino, el del sacrificio. Entrenan en doble turno, de 7,30 a 9,30 y de 15 a 18 trabajando micro ciclos de entrenamiento sobre el ATR a nivel muscular, el que comprende acumulación, transformación y realización.
Procuran forjar su propio destino y montaron su gimnasio en la vereda de casa -calle Luis Pasteur al 700, de Las Heras- pero cada vez que golpean la bolsa sueñan despiertos con llegar al Madison Square Garden o a Las Vegas.