Gimnasia ensaya en “modo local”. Arias por ahora le da minutos al 3-4-1-2 con el que jugó en casa el Argentino B. Pero la categoría superior exigirá mayor rigor defensivo en ese mediocampo exageradamente ofensivo que le dio muy buenos réditos, pero en una categoría menor. Ahora ya no será lo mismo.
El primero que pagó los platos rotos de esta determinación es Amaya. El Negro sale de ese “doble cinco” que conformaba junto a Garay para que ahora ingrese Corvalán. Allí parece más equilibrada la contención. Por afuera habrá caras nuevas obligadas por la lesión de Garín y la baja de Peinado.
Prioreschi será el nuevo carrilero por derecha y Sanfilippo irá por la otra banda. Casi un mediocampo nuevo. Y atrás hay una grata sorpresa. Montiveros líbero. El Colo tuvo su chance y estuvo intachable.
Los segundo 20 minutos mostró un cambio: afuera un Prost sin piernas y adentro Ramiro Pereyra, la gran apuesta. Ni uno ni otro fue el acompañante que necesita Taborda.
Con poco en ofensiva (sólo algunas pinceladas de Sanfilippo y Prioreschi ya dio muestra de su tremenda potencia) lo más destacable se vio en los movimientos de piezas de Montiveros y Corvalán. El Colo copó bien la parada, rápido para los relevos, lo sacó hacia afuera en dos oportunidades en el duelo mano a mano a Osurak y por arriba gana.
Por ahora, parece ganarle el duelo a Abaurre y Sainz, quienes llegaron para reforzar esa zona. Y Corvalán es el otro punto algo. El ex stopper de Arias se sumó al mediocampo para darle más equilibrio y lo logró. Falta aún que los volantes externos (Prioreschi y Sanfilippo) terminen de acoplarse. Lució bien.