¿Puede un equipo modificar tanto su rendimiento de un partido a otro? Es cierto que en el medio se fue un técnico y llegó otro. También es verdad que hubo variantes de nombres y de esquema. Todo eso seguramente influye. Pero el notorio cambio de este Boca va más allá del juego. Es evidente que hubo un click en la cabeza, en lo anímico... Lo que se vio en el triunfo ante el puntero del campeonato, el que llegaba a la Bombonera con puntaje ideal, fue otra mentalidad, otra actitud. De no poder levantar las piernas, de mostrar graves problemas de concentración y de no dar dos pases seguidos pasó casi sin escalas a un equipo dinámico, concentrado, prolijo y preciso. ¿Arruabarrena lo hizo?
Desde el primer minuto se vio a otro Boca. El equipo que en apenas 48 horas debió preparar el Vasco mostró algunas virtudes que no había exhibido en el tramo final del ciclo Bianchi: intensidad para recuperar la pelota, prolijidad para el traslado, concentración para presionar en bloque y más arriba, orden atrás... Suficientes cambios para mostrarse como un equipo diferente y para adueñarse del partido. Vélez, en cambio, no salió a proponer sino a esperar. El puntero del campeonato dejó que el local mostrara sus cartas.
Y esa actitud casi le cuesta caro porque sufrió los embates de Boca, especialmente en los primeros minutos en los que Sosa debió revolcarse un par de veces. Hasta que a Correa le dejaron dos metros de ventaja en una jugada aislada y, después de avanzar unos pocos pasos, sacó un furibundo zurdazo cruzado desde afuera del área que rompió el arco pese al guantazo de Orion. No era justo por el trámite y por ser el mejor rato de Boca en el campeonato, pero los golazos no entienden de justificaciones ni merecimientos.
Esa supremacía futbolística y territorial, explicada en la posición de Erbes y principalmente de Gago, tendría su premio en la segunda parte. Creció Carrizo, que fue como carrilero por la izquierda -su puesto natural- y ahí tuvo mayor participación, apareció más seguido Acosta y se hizo eje Gago. Un frentazo del Cata Díaz, libre de marcas a la salida de un córner, y un derechazo de Meli, gracias al regalito de Sosa, pusieron las cosas en su lugar. Luego, con Vélez más jugado en ataque buscando el empate, Chávez lo liquidó de contra.
Boca tuvo algunas virtudes que se explican más desde la cabeza que desde los pies. Parece que el Vasco da ganas...
De la ovación al Vasco a los insultos para Angelici
Un grupo de hinchas de Boca cantó contra el presidente Daniel Angelici por haber echado a Carlos Bianchi pero enseguida cambió los insultos por aliento para el flamante entrenador, Rodolfo Arruabarena. “Angelici botón, Angelici botón, sos un hijo de p.., la p... madre que te p....”, cantaron los hinchas minutos antes del encuentro y a poco de que el equipo salió al campo, pero segundos más tarde cambió esos gritos por aliento al equipo de Arruabarrena previo al encuentro con Vélez. “Vasco, Vasco”, bajó desde las tribunas, seguido por el “dale Boca que no ha pasado nada”.
Agradecimiento al Virrey
Hinchas de Boca colgaron banderas en agradecimiento a Carlos Bianchi, echado por la dirigencia el jueves último por los bajos resultados. “El hincha de Boca tiene memoria, gracias por todo Carlos”, rezaba una de las banderas que los hinchas colgaron antes del encuentro con Vélez, por la quinta fecha del torneo.
Además, en las inmediaciones del estadio hubo carteles y algunas canciones de hinchas en agradecimiento al entrenador más ganador en la historia del club.