El barrio San Martín nació de las manos del jesuita José María Llorens, al que los vecinos llamaron "Macuca". Y los terrenos donde se asentaba el basural municipal entre los años 50 y 60, desafiando el orden legal, fueron usurpados.
Y ahí a pulmón, con picos, palas y mucho entusiasmo bajaron cerros, hicieron cañerías de agua potable sin permiso y, principalmente, se unieron en una cooperativa de autoconstrucción de vivienda.
Pero el tiempo fue pasando y las costumbres fueron cambiando y aquel lugar de casas bajas y angostos pasillos, se fue transformando. Y los vecinos vieron como algunos marginales encontraron un lugar no sólo para vivir, sino principalmente para esconderse después de alguna atraco o enfrentamiento a los tiros.
Más tarde el tema droga fue otro ingrediente que jugó en contra de los vecinos honestos y trabajadores que vieron como sus propiedades se desvalorizaban en la misma medida que crecían los enrejados y los sistemas de alarma.
Una zona "roja"
Para las autoridades el barrio San Martín es tan conflictivo como La Gloria en Godoy Cruz o el Santa Teresita en Las Heras, pero esta nota está orientada en los hechos de sangre que marcan al lugar como una de las zonas "rojas" del mapa delictual del Gran Mendoza.
En lo que va del año varios han sido los enfrentamientos que terminaron en muerte, aunque al decir de los entrevistados "no todos llegaron a los medios…", como por ejemplo un ahorcado en los primeros días del año.
El pasado mes de junio, dos hermanos atacaron a balazos a Jorge Luis Oviedo, de 29 años, conocido en el lugar por el apodo de "Bujía", quien murió en el lugar, mientras que Facundo Moyano, de 17, que lo acompañaba en la moto, un disparo le provocó la pérdida irreversible de la actividad cerebral y fue internado en el hospital Central.
Fue al decir policial un "ajuste de cuenta". Por el hecho fueron detenidos los hermanos Antonio Sebastián y Franco Matías Mercado Morales, de 37 y 21, reconocidos por los propios vecinos que aportaron sus datos a la policía. El fiscal del caso, Gustavo Pirrello, los envió a la cárcel.
Macabro
En mayo fue encontrado totalmente calcinado y con una mordaza el cuerpo de una persona. Fue en la madrugada y el descubrimiento fue en la calle Paramillo, en el ingreso a la manzana 50, de Fuerte Apache, en este conglomerado al oeste de la ciudad.
La víctima se llamaba David Montenegro (a) Caco, con antecedentes penales por diversos delitos. Por el hecho se detuvo a Ángel Farías y Camilo P, residentes en el mismo barrio.
Retrocediendo un mes más, después de agonizar varias días murió Brian Gabriel Bullones, herido de un balazo en la cabeza. Entre sus ropas le encontraron un arma que no llegó a utilizar . Tenía 22 años.
También existieron varios hechos de violencia aunque no terminaron en muertos, hasta que el pasado domingo cuando apuñalaron a Emanuel Páez y falleció en el hospital.
Por el hecho, considerado en principio como confuso, se detuvo a Juan Carlos Huaihuas, un repartidor de diarios de 32 años, al que se señala como el autor material del hecho.
Sin embargo a poco de la investigación, en manos del fiscal Carlos Torres, también terminaron aprehendidos Nahuel Daniel Huaihuas, hermano de Juan Carlos, de 29 años; Gimena Molina (27), Lorena Ibaceta (35) y Romina Aveiro (26), familiares directos de los Huaihuas, que habrían participado de la agresión.
Los hermanos Huaihuas ya están en el penal, mientras que las mujeres siguen alojadas en distintas comisarías, mientras los abogados Carlos Rafael Figueroa y Elizabeth Ataguile, tramitan el beneficio del arresto domiciliario.
Estos son sólo algunos de los casos más relevantes, pero que marcan el cambio que sufrió uno de los barrios levantado al oeste de la ciudad y que preocupa tanto a las autoridades como guardianes del orden y principalmente a los vecinos que ven peligrar sus vidas y sus propiedad a toda hora.