Barcelona enseñó hoy su cara más conocida de la temporada al resolver su visita al Leganés con un triunfo 3-0 logrado sin un juego brillante y amparado en su extraordinaria efectividad, esta vez ratificada con sendos goles de Luis Suárez y uno sobre el final de Paulinho.
El encuentro, correspondiente a la duodécima jornada de la Liga española, sirvió para que el equipo de Ernesto Valverde engordara su sensacional racha hasta las 11 victorias y un empate. Puso la máxima presión sobre Atlético y Real Madrid, que arrancarán su duelo de hoy a 11 puntos del líder.
Barcelona ofreció ya en la primera parte argumentos repetidos durante esta temporada: le basta con estar sólido en defensa y aprovechar una de las pocas oportunidades que genera para marcharse al descanso en ventaja. En este caso, aprovechó un grave error del arquero "Pichu" Cuéllar.
Hasta ese momento, el minuto 28, casi nada sucedió. Y lo poco que ocurrió lo generó el Leganés con sendos disparos de Amrabat y Gabriel Pires que se marcharon fuera. El equipo madrileño, con las líneas muy juntas y anulando a Messi, vivió relativamente cómodo.
Hasta que llegó ese minuto 28. Sergio Busquets abrió al desmarque de Paco Alcácer y el delantero envió el centro. Cuéllar se complicó, rectificó en el aire y dejó el balón muerto para que Suárez marcara a placer. Un regalo del arquero local que el uruguayo aprovechó para detener su sequía goleadora de 478 minutos sin marcar, su peor con la camiseta azulgrana.
Leganés todavía pudo empatar antes del descanso. En el minuto 38, Szymanowski encontró un hueco para disparar y se encontró con la excelente intervención de Marc-André Ter Stegen, otro de los grandes responsables de la racha del Barcelona. Y con esa mínima ventaja forastera se llegó al intermedio. Una ocasión, un gol. Máxima efectividad para el conjunto de Ernesto Valverde.
La única noticia negativa para sus intereses fue la tarjeta amarilla de Gerard Piqué que le impedirá jugar la próxima jornada ante el Valencia.
La segunda mitad comenzó con más dominio del Leganés, que asumió riesgos, y un mano a mano de Beauvue que resolvió Ter Stegen. El equipo local perdonó y eso se paga ante el Barcelona.
Porque el conjunto azulgrana sentenció en su segunda oportunidad de todo el partido. Ocurrió a los 60 minutos, cuando Messi apareció en el partido por primera vez para servir un gran balón sobre Alcácer. El delantero disparó, Cuéllar repelió y Suárez aprovechó.
Luego hubo otro mano a mano de Amrabat con otra impecable respuesta de Ter Stegen. El Leganés lo dio todo para no llevarse nada.
A cambio, el Barcelona cerró la engañosa goleada en el descuento con un tanto de Paulinho y volvió a llevarse tres puntos de una manera rutinaria: poco brillo y efectividad cercana al máximo.
