Más del 40% de la población de la Argentina está hoy en riesgo de caer en la pobreza, según estimó un reciente informe del Banco Mundial, que también advierte sobre la pérdida de reservas, el déficit fiscal, la “persistente inflación” y el impacto en la economía de la pelea con los fondos buitres.
El reporte, titulado “Country Partnership Strategy”, es el que elaboró el organismo para conseguir que se destrabaran hace diez días los créditos para nuestro país que estaban congelados desde 2011.
En el informe se destaca que entre los argentinos hay un sector “vulnerable”, que vive con entre 4 y 10 dólares por día, que a ese sector pertenece un 33% de la población y que es factible que caiga en la pobreza si hubiera “un shock económico”. Según datos de 2012 -que toma el informe-, por debajo de ellos hay un 10,9% restante de extrema pobreza, que vive con menos de 4 dólares al día.
Este reporte, que en la jerga del organismo se conoce como “estrategia país”, fue discutido el 9 de setiembre en una reunión de directores ejecutivos del organismo, que finalmente dio luz verde a créditos para la Argentina para el período 2015-2018, por un monto de entre U$S 1.000 y 1.200 millones por año, focalizados en programas para erradicar la pobreza.
Estos fondos serán destinados sobre todo a planes en agronegocios, escuelas rurales y acceso a salud y agua potable. Hasta ese día, los fondos destinados a la Argentina estaban congelados por indicación de la Secretaría del Tesoro de EEUU, un país de gran peso en el Banco Mundial, porque nuestro país no regularizaba su deuda.
Una fuente del Banco Mundial dijo que el informe habría buscado enfocarse en los “vulnerables” y no sólo en los pobres, “para no entrar en conflicto con las cifras del gobierno”, que se estiman que no son certeras y que el propio reporte instó a seguir sincerando. Además, se alentarían así proyectos destinados a más cantidad de población, no sólo a los que están en pobreza extrema.
Consecuencias del default
El análisis, de 123 páginas, destaca que la Argentina ha desarrollado un amplio sistema de protección social que ha ayudado a “mitigar el impacto de la crisis global de 2009”. Sin embargo, se destaca que en la actualidad “un mercado empresarial y laboral más debilitado puede tener efectos significativamente adversos en las tasas de pobreza”. “Mejorar el clima de negocios y alentar la confianza en los inversionistas será crítico para alentar inversiones y expandir el empleo”, dice el reporte.
El trabajo destaca también que las oportunidades son diferentes entre grupos sociales y distintas regiones. El riesgo de pobreza, advierte, aumenta entre aquellos que tienen acceso limitado a infraestructuras básicas. Las provincias del norte, por ejemplo, tienen tasas de pobreza dos o tres veces más altas que el promedio nacional, y van detrás del resto del país en servicios sociales e infraestructura.
En otro apartado, el Banco Mundial hace referencia a los desafíos que enfrenta la Argentina. Señala que “la presente disputa con varios fondos especulativos representa riesgos significativos”. Y destaca que nuestro país ha entrado en “default parcial de deuda”. “Si la situación permanece sin solución por demasiado tiempo, la economía argentina sufrirá, y más aún si las políticas macroeconómicas no se ajustan”.
El informe destaca, sin embargo, que el Gobierno tiene voluntad de pago y que si un “acuerdo con los holdouts es alcanzado en un tiempo relativamente corto, el impacto en la economía podría ser limitado”.
En otro párrafo el reporte destaca que la “las vulnerabilidades macroeconómicas y un lento crecimiento pueden reducir la inversión y la creación del empleo y pueden hacer dificultoso mantener los programas sociales”.
El reporte asegura que “el Gobierno sabe de estos riesgos y el hecho de que recientemente haya adoptado políticas -devaluación, ajuste de políticas monetarias y reducción de subsidios de gas y agua- sugiere que está dispuesto a controlar estos desbalances”.
También hubo espacio para una mención a los tan cuestionados números oficiales. “Los esfuerzos para mejorar las calidad de las estadísticas y alcanzar acuerdos con instancias internacionales van a mejorar la confianza de los inversores y facilitar nuevas inversiones externas”, señala.
Por último, alerta sobre los vaivenes de la economía global, que pueden crear riesgos para la demanda de productos argentinos, ya que nuestro país está particularmente expuesto al precio de las commodities y de las sequías internacionales.