Los primeros bailarines Carla Vincelli y Edgardo Trabalón serán los protagonistas de las funciones previstas para este sábado y domingo, en el Teatro Independencia. El Ballet Estable del Teatro Colón regresa una vez más a Mendoza, para ratificar un romance con el público local. La delegación cuenta con un total de 52 personas, que se compone de 38 bailarines y 14 técnicos. El equipo comenzó esta gira nacional el 2 de junio y regresa el 14. No es difícil asociar esta troupe con las giras de antaño. Incluso hasta por la obra escogida: “Don Quijote”.
“Don Quijote” es el nombre de varios ballets creados por distintos coreógrafos y músicos a lo largo de la historia. Sin embargo, destaca uno, que es quizá el más representado. Se trata de la versión con coreografía y libreto de Marius Petipa y música de Minkus. Su estreno fue en diciembre de 1869, en el Bolshoi. Esta obra surgió como una adaptación libertaria de la segunda parte de “El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha”, la novela de Miguel de Cervantes.
En este ballet hay amor (y desamor, pero triunfa el amor, claro), una modesta codicia, el humor ingenuo, los aires gitanos en las incursiones del Quijote, la disposición de Sancho Panza, el mundo onírico que lleva hasta las hadas, en las postrimerías de la búsqueda de Dulcinea y el retorno del Quijote a casa, luego de una suerte de road movie. La puesta del Independencia posee un gran final, el grand pas de deux, que posiblemente sea el punto más alto del espectáculo.
Más allá del detalle, este clásico hace foco en los protagonistas, Basilio, el barbero, y Kitri, la bella y joven hija de un negociante catalán. Allí sucede el principio, el ocaso y el renacer del amor. La historia del ballet le debe a esta obra uno de los grandes sucesos del género, a cargo de Nureyev. Es que gracias al descubrimiento de Janine Runguet, a cargo de los intercambios culturales entre Francia y la entonces URSS, en 1960, Nureyev fue incluido en una lista de bailarines rusos a punto de iniciar una gira por ciudades fuera de la cortina de hierro.
Las autoridades insistieron que el joven Nureyev era muy indisciplinado, pero finalmente Runguet se impuso. Cuando ella lo vio bailar “Don Quijote” pensó que estaba frente a uno de los mejores bailarines del mundo. Su ojo no falló demasiado. Por el contrario, con esta obra, Nureyev produjo la primera versión de este ballet para San Petersburgo, sin tener en cuenta las puestas realizadas en Moscú en todo el siglo XX. También bailó y coreografió esta pieza para la Ópera de Viena y el Ballet de Australia. Allí haría su versión para el cine. Su nombre se vincula a Don Quijote en distintas fases de su carrera. Nureyev ha dado, acaso, el papel más virtuoso de Basilio, ofreciendo un personaje pintoresco, arrogante y de buen humor, permitiendo expresar vivacidad y alegría.
Una de las mayores coreógrafas del país, Lidia Segni, es quien vuelve a firmar con su dirección este programa que ofrece el mayor coliseo argentino en Mendoza, “reproduciendo todo el color de la España Cervantina”, según los anticipos. El programa del Ballet en tres actos que sube al Independencia (originalmente eran cuatro), asegura, su directora, es “tal cual la producción de Buenos Aires”.
Segni ha regresado al país, luego de ser jurado en el Benois de la Danse 2014, en Moscú. Este premio es de gran importancia, a punto tal que se los conoce como los Oscar del ballet. La coreógrafa argentina formó parte de esta instancia, viviendo un nuevo hito en su carrera. Es que como bailarina lo hizo al lado de figuras como las de Nureyev y Godunov. Hace días, Segni integró el jurado junto a grandes nombres del género en el planeta: Juri Grigorovich, Gabriela Komleva, Beverly D’Anne, Ana Laguna, Agnès Letestu, Madeleine Onne y Carla Fracci.
Don Quijote sube al Independencia. Es un gran atractivo para la temporada. Prometen ser dos funciones del mejor ballet argentino. Si la televisión argentina se ha empecinado en mostrar gente bailando sin mayor pudor, quizá estas ocasiones, en vivo y en directo, vengan a poner justicia con artistas que han comprometido su vida por una pasión. A ellos, aplausos. Al resto, golosinas.
Cómo fue el estreno en el Colón (Por Martin Wullich - Periodista y locutor. En la actualidad trabaja para FM Milenium)
Unos quince minutos antes del comienzo, pude observar a cinco chicos prolijamente sentados y escuchando muy atentos, de boca de su padre, el relato de lo que verían. Fue un tierno preludio y la cabal demostración de que a toda edad es disfrutable este clásico creado por Marius Petipa con música de Leon Minkus, sobre todo cuando la expresión danzada es sentida por todo el elenco. El Ballet Estable del Teatro Colón, con dirección de Lidia Segni da vida a este relato festivo y mágico donde, entre sorpresas y enredos, triunfa el amor. El espectáculo es gozoso desde todo punto de vista.
Los bailarines
Kitri: Carla Vincelli. Basilio: Edgardo Trabalón. El Quijote: Néstor Asaff. Sancho Panza: Marcelo Antelo. Mujer de la calle: Maricel De Mitri. Torero: Vagram Ambartsoumian. Amigas: Luciana Barrirero y Macarena Giménez. Camacho: Igor Gopkalo. Padre: Julián Galván. Duque: Igor Gopkalo. Duquesa: Manuela Rodríguez Echenique. Cupido: Emilia Peredo Aguirre. Gitana: Cecilia Lucero. Gitano: Igor Vallone.
La ficha
Don Quijote
Día y hora: mañana, a las 21.30, y el domingo, a las 20.
En el Teatro Independencia.