El azúcar oculta en lo que bebemos: la importancia de controlar la cantidad que consumimos

Algunas marcas de jugos y gaseosas superan ampliamente la dosis recomendada. El abuso y la falta de recaudos puede afectar a la salud.

El azúcar oculta en lo que bebemos: la importancia de controlar la cantidad que consumimos

Algunas bebidas incluidas habitualmente en la dieta tienen un aporte de azúcar que supera ampliamente la dosis recomendada. Jugos y gaseosas están a la cabeza, justamente las de mayor preferencia de los niños y que incluso son elegidas para sus meriendas.  El consumo desmedido contribuye al aumento de peso, a padecer caries y a la deshidratación si no se toman los recaudos necesarios.

Un equipo de la facultad de Ciencias de la  Nutrición de la universidad Juan Agustín Maza constató esto luego de analizar la oferta del mercado en este segmento. Se pudo apreciar que algunas porciones de ellas superan lo recomendado como máximo diario.

La Organización Mundial de la Salud sugiere no superar los 25 gramos de azúcar diarios (6 cucharaditas de té) lo que conllevaría beneficios para la salud. Sin embargo, una cajita de jugo del que habitualmente se les da a los niños contiene esos 25 gramos , a lo cual hay que sumar todos los demás alimentos que tienen este aporte a lo largo del día.

En cuanto a las gaseosas, 500 cm3 (dos vasos) contienen 11 cucharaditas, es decir prácticamente el doble, en tanto que según señala el informe, los vasos estándar que habitualmente se venden en los cines contienen 17, prácticamente el triple.

El grupo estuvo conformado por las estudiantes Flavia Rini, Daniela Vanoli, Estefanía Petkovic y Luciana Miceli quienes fueron coordinadas por la licenciada Lourdes Sánchez, docente de esta casa de altos estudios.

El informe agrega que “otros productos que se suelen comercializar como aguas saborizadas y bebidas deportivas también poseen cantidades exorbitantes de azúcar. El conflicto gira en torno a dos ejes: que no tienen las propiedades del agua y  que muchos productos “diet” o “light” simplemente están reducidos en un elemento y, justamente, no es este del que hablamos”.

La epidemia de sobrepeso y obesidad que afecta a la población y particularmente a los niños es el meollo del asunto. Según el Programa de Sanidad Escolar en torno al 30% de los alumnos de 1ro y 6to grado tienen sobrepeso u obesidad.

Las caries son otras de las consecuencias de estos consumos, sobre todo porque no se tiene incorporado el hábito de cepillarse los dientes un mínimo de tres veces al día y mucho menos luego del consumo de azúcar. Según este mismo programa alrededor de 57% de los alumnos presenta esta patología dental. También se lo vincula a la mala absorción del calcio, por lo que un consumo prolongado y abusivo puede favorecer la osteoporosis así como la diabetes.

Las consecuencias serán mayores en tanto se combinen con otras prácticas cada vez más instaladas: el sedentarismo favorecido por el uso de tecnologías, la inseguridad que atenta contra el “salir afuera” y la práctica deportiva y también la falta de sueño y descanso a las que nos impulsa el sistema productivo, destaca el trabajo.

Deshidratación

El equipo consideró las consecuencias entre el consumo de azúcar y el agua en el organismo: “Cuando el cuerpo humano adquiere sacarosa sin haber realizado un gasto previo de ella, se produce el llamado efecto osmótico, en el cual la partícula de azúcar llega al nivel intestinal y atrae para sí una gran cantidad de agua que el cuerpo debería perder a través de las excreciones y la transpiración. Así, las bebidas azucaradas deshidratan al organismo al hacerle perder el agua que es necesaria para sus importantes funciones”.

Las fiestas de fin de año se realizarán con altas temperaturas, generalmente con menúes hipercalóricos y para la “tertulia” la presencia de alimentos abarrotados de azúcar. La situación exige recaudos. En particular estar atento a beber la cantidad de agua necesaria y que el consumo de este tipo de bebidas no sea en detrimento de ésta para asegurar una buena hidratación.

En la mayoría de las reuniones es importante la presencia de bebidas alcohólicas desde temprano.

La nutricionista María Luz Vargas explicó que "las bebidas alcohólicas no tienen mucho contenido porque el azúcar se fermenta para formar el alcohol (...) la sidra tiene un poco más porque es una bebida dulce".

Detalló que una copa o vaso de vino (180 cm3 ) tiene 3 gramos de azúcar en  promedio. Un vaso de 200 cm3 de sidra tiene 8 gramos, la cerveza tiene 4 gramos en 350 cm3, la medida de un chop.

El champán aporta entre 6 y 8 gramos de azúcar en 200 cm3 que es la medida aproximada de una copa, mientras que el vodka no aporta prácticamente nada, tan sólo 0,5 gramos por medida porque es un concentrado de alcohol. Hay que tener en cuenta que más allá de estas proporciones este tipo de bebidas tienen aporte calórico que les da el alcohol.

La profesional señaló que para metabolizar el alcohol se usan calorías y una parte se elimina por orina por lo cual es importante estar bien hidratado. Agregó que una bebida alcohólica va a deshidratar más mientras más graduación alcohólica tenga. De todas formas, aclaró que no es que este tipo de bebidas ni las azucaradas produzcan deshidratación per se. Todo dependerá de varios factores como el tipo de comidas consumidas o que se haya pasado muchas horas al sol sin hidratarse adecuadamente. Claramente lo prioritario es tomar la cantidad de agua sugerida que es de dos litros diarios como mínimo, requerimiento que muchos no cumplen.

Para tener en cuenta

Hay ciertas medidas que pueden tomarse para no aceptar ciertos hábitos alimentarios instalados como algo natural, sino que es importante saber que se puede elegir y aprender a comer de manera saludable.

Flavia Rini, una de las estudiantes que realizó el trabajo remarcó que "en primer lugar es clave fomentar el consumo de agua natural, cualquiera que sea potable ya que es la única bebida verdaderamente hidratante".

Por otro lado, Daniela Vanoli subrayó que “se precisa aprender a leer las etiquetas, observando en detalle los mencionados elementos para no excederse en el consumo de ellos”.

En un plano más general,  destacaron que son necesarias algunas campañas de bien público, pero por sobre todo expresaron que hay que fortalecer una buena educación de los niños en el ámbito familiar desde pequeños que apunte a habituarlos a una alimentación saludable que evite acostumbrarlos a las cosas dulces.

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