El avión argentino Beechcraft King B-90 turbohélice que se estrelló con un saldo de 10 muertos -todos sus ocupantes- en la localidad uruguaya de Laguna del Sauce, departamento de Maldonado, ya había tenido un accidente en 2013 en el aeropuerto bonaerense de San Fernando.
Según un informe de la Junta de Investigación de Accidentes de Aviación Civil (JIAAC), la aeronave protagonizó el 21 de noviembre de 2013 “un aterrizaje con tren retraído”. Esta conclusión de la JIAAC se encuentra en el expediente número 76.713 con la carátula de “accidente” y en el que se destacó que fueron de “importancia” los daños en la aeronave.
El avión cayó el viernes a las 20.37 al norte de Laguna del Sauce, lo que provocó la muerte de las 10 personas que viajaban en él. Sin embargo, y contra rumores que circularon ayer a la mañana, la aeronave “podía realizar vuelos internacionales y tenía todos los papeles en regla”. Así lo informaron ayer fuentes de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC). El titular de este organismo es Alejandro Granados, vinculado con la organización K La Cámpora, e hijo del actual ministro de Seguridad bonaerense, del mismo nombre.
Los voceros aseguraron además que la aeronave había superado “una rigurosa inspección de fase 4 a principios de este mes” en un “taller habilitado”. De esta forma salieron al cruce de rumores que a primera hora de ayer indicaban que el avión no tenía habilitación para vuelos internacionales.
“El avión pertenecía al laboratorio Droguería Meta SA desde 2010 y tenía todos los papeles en regla, por lo que podía realizar vuelos internacionales”, indicaron desde la ANAC.
La aeronave se estrelló anoche luego de despegar desde el aeropuerto de Laguna del Sauce, Uruguay, con destino a la ciudad bonaerense de San Fernando.
Tras el accidente, los socorristas visualizaron “10 cuerpos sin vida en el interior de la aeronave”, y procedieron a retirarlos con ayuda de embarcaciones. Los pasajeros eran seis hombres y dos mujeres, una de ellas de nacionalidad portuguesa. Los pilotos eran argentinos.
El avión habría impactado primero con su parte delantera.
El pequeño bimotor quedó con la trompa destrozada y buena parte del fuselaje quemado Santiago Pintos, de 59 años, vecino del lugar y uno de los primeros en acercarse al área, relató que vio al “avión en llamas” ya en el agua, desde unos 80 metros de distancia en la noche del jueves.
Fuentes de control aéreo explicaron que el accidente se produjo segundos después del despegue. Desde la torre de control del aeropuerto se apreció un fuerte “fogonazo”, señalaron.
En el aparato accidentado viajaban 5 ejecutivos de la empresa argentina La Rural, con intereses en un centro de eventos que está siendo construido en Punta del Este. La firma emitió un comunicado en su web (www.larural.com.ar) en el que confirma la tragedia y da los nombres de sus empleados.
"Era un gran piloto"
Marcelo Pivida, hermano del piloto del avión siniestrado, aseguró ayer que era “el primer día de trabajo” de su familiar, Luis Pivida, con esa aeronave, aunque destacó que tenía “experiencia con ese tipo” de máquina. “Estamos llorando con mi mamá la muerte de mi hermano. Mi hermano era un muy buen piloto, siempre voló Beechcraft King. Fue el primer día de trabajo que tenía mi hermano con ese avión”.
Recordó que su hermano, de 59 años, “desde los 20, 25 años ya volaba, hizo todo el curso de piloto, no con la Fuerza Aérea, sino que pasó todas las instancias para hacerlo”.
