La policía revisó a la baja un anterior balance de 21 muertos, y anunció que veinte personas fallecieron en el atentado con bomba perpetrado en hora punta ante el concurrido santuario de Erawan, en el céntrico distrito de Chidlom.
Entre los fallecidos hay once turistas, de China, Hong Kong, Indonesia, Malasia y Singapur. Igualmente resultaron heridas 123 personas.
"Este ataque es el peor" jamás cometido contra el reino, y fue dirigido "directamente contra personas inocentes", añadió.
El noreste de Tailandia es el bastión del movimiento de los Camisas Rojas, partidarios del antiguo gobierno, derrocado en un golpe militar en mayo de 2014 después de meses de manifestaciones opositoras.
"La bomba tenía por objetivo matar al máximo número posible de personas, ya que el santuario está lleno de gente sobre las seis y las siete de la tarde", dijo el portavoz de la policía Prawut Thavornsiri.
"La bomba tenía por objetivo matar al máximo número posible de personas"
Según él, la bomba, detonada sobre las 18.30 locales, contenía probablemente tres kilos de explosivos.
Las autoridades tailandesas creen que el blanco del atentado eran los extranjeros, y que los autores querían "dañar el turismo", uno de los pocos sectores de la economía tailandesa que van bien.
Hoy, la cotización de la moneda tailandesa, el baht, se derrumbó a su nivel más bajo en seis años, a 35,6 unidades por un dólar.
La bolsa de Bangkok registraba pérdidas de en torno al 2%, con los inversores preocupados por las repercusiones del atentado cometido contra un sector clave para la economía como es el turismo.
Entre las víctimas hay al menos ocho extranjeros, muy numerosos en este tiempo a cielo abierto ubicado en el corazón de Bangkok, y en medio de los grandes centros comerciales de la ciudad.
En un comunicado, la policía confirmó la muerte de dos chinos, dos hongkoneses, dos malasios, un singapurense, un indonesio y cinco tailandeses. Las demás víctimas deben ser aún identificadas.
Inicialmente, las autoridades dijeron que entre los muertos había un filipino, pero en la lista revisada no había mención a esa persona.
Sin reivindicación de momento
"Escuché una detonación muy potente, y todo el edificio tembló. Salí corriendo a la calle", explicó Panupan Chansing, empleado del Grand Hyatt, un lujoso hotel situado cerca del lugar de la explosión.
"Vi varios cadáveres yacientes, y vehículos incendiados. Me sentí muy triste de que esto ocurra al pueblo tailandés. Estoy asustado", añadió este joven de 20 años.
"Vi varios cadáveres yacientes, y vehículos incendiados"
El lugar del atentado es un santuario consagrado al dios hindú Brahma, que atrae también a miles de fieles budistas cada día.
El ataque no ha sido reivindicado, pero las sospechas recaen principalmente en las facciones políticas rivales del reino, dirigido por una junta militar desde hace 15 meses.
Desde mayo de 2014, Tailandia está gobernada por una junta militar, que tomó el poder para poner fin a meses de manifestaciones, a veces sangrientas, contra el gobierno de entonces, elegido democráticamente.
El país sigue bajo tensión y muy dividido después de una década de violencia política, jalonada por dos golpes de Estado.
Un personaje clave de esta polarización es el ex primer ministro Thaksin Shinawatra, que se exilió para escapar a las acusaciones de corrupción de la justicia y sigue siendo popular en el norte del país. Su hermana Yingluck llegó también al cargo de primera ministra, y fue precisamente derrocada en el golpe de mayo de 2014.
"Contra los extranjeros"
Aunque el ataque no ha sido reivindicado, las sospechas recaen principalmente en las facciones políticas rivales del reino, dirigido por una junta militar desde hace 15 meses.
Tailandia es un país profundamente dividido tras casi una década de violencia política, repetidas protestas callejeras que acabaron con muertes y explosiones de bombas, aunque ninguna del calibre de la de este lunes.
Tailandia también se enfrenta a la insurgencia en las provincias del sur, cercanas a Malasia y de mayoría musulmana, donde más de 6.400 personas, fundamentalmente civiles, han sido asesinadas.
En el hospital de Chulakongkorn, uno de los centros médicos de los alrededores, se registraron escenas de caos.
"Algunas de las víctimas son chinas", dijo a ministra de Turismo, Kobkarn Wattanavrangkul, que fue hasta el hospital.
Muy popular, el sitio del ataque es un santuario dedicado al dios hindú Brahma, que atrae cada día miles de fieles budistas. Se encuentra en una de las avenidas más grandes en el centro de Bangkok, capital turística del reino que acoge cada año a millones de visitantes.
El ministro de Defensa, Prawit Wongsuwong, afirmó que el atentado, perpetrado con una "bomba de TNT", tenía como blanco "los extranjeros y así dañar el turismo y la economía" de Tailandia.
Tailandia está gobernada por una junta militar que tomó el poder en mayo pasado para poner fin a meses de protestas mortales contra el anterior gobierno electo.
El atentado, perpetrado con una bomba de TNT, tenía como blanco los extranjeros.
El país sigue bajo tensión y profundamente dividido después de casi una década de agitación política, que concluyó con dos golpes de Estado.
El ex primer ministro Thaksin Shinawatra, quien se exilió para escapar a la justicia, y toda su familia están en el centro de las divisiones del reino.
Han ganado todas las elecciones desde 2001 pero son rechazados por la élite, principalmente de Bangkok.