Víctor Saldaño, cordobés de 44 años, es el único argentino condenado a muerte en los Estados Unidos. Lo senenciaron a muerte en junio de 1996, cuando tenía 24 años, por haber asesinado a un vendedor de computadoras estadounidense el año anterior en Dallas. En el 2002, la Corte Suprema de Estados Unidos declaró la nulidad de la sentencia por "discriminatoria". Y dos años más tarde fue juzgado y condenado nuevamente. En 2007 la Cámara de Apelaciones de Texas rechazó un pedido de nulidad.
En las últimas décadas intentó suicidarse tres veces y más de una vez pidió que lo ejecutaran, pero aún continúa en Texas a la espera de que hagan efectiva la pena a muerte.
Pese a esta sentencia, la suerte de Saldaño podría cambiar, ya que su abogado Juan Carlos Vega se presentará ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para jugar su última carta.
Tras el rechazo del hábeas corpus, y sin más instancias de apelación, "este es el único recurso legal internacional que queda para salvar su vida", explicó Vega.
"Al condenado le correspondería ser trasladado a un hospital psiquiátrico", dijo el abogado, por el grave estado de salud mental en el que se encuentra. Y el letrado argumentó: "Lo único que queda es que Estados Unidos sea condenado por haber violado la legalidad de derechos humanos y que se ordene la reparación a la víctima, es decir, sacarlo a Saldaño del corredor".
Acompañarán a la defensa del argentino el director de Derechos Humanos de la Cancillería, Leandro Despouy, y Javier Salgado, director de Contenciosos Internacionales del Ministerio.
Despouy declaró esta mañana que Saldaño sufre "un castigo inhumano y degradante y hay gran expectativa para ver si en esta gestión hay un pronunciamiento favorable" antes de la sentencia.
Cabe destacar que en el 2002, la Corte Suprema de Estados Unidos declaró la nulidad de la sentencia por "discriminatoria". Y dos años más tarde fue juzgado y condenado nuevamente. Y en 2007 la Cámara de Apelaciones de Texas rechazó un pedido de nulidad.