El arco tiene dueño, de acá hasta donde lleguemos - Por Hugo Héctor Fuentes

El arco tiene dueño, de acá hasta donde lleguemos - Por Hugo Héctor Fuentes
El arco tiene dueño, de acá hasta donde lleguemos - Por Hugo Héctor Fuentes

Intenté repasar una y mil veces las situaciones que protagonizó Franco Armani. Cuesta encontrar antes del entretiempo una sola atajada complicada del arquero de River. Es más, hasta el gol de Moses, creo que no le habían pateado al arco. Y eso tiene su costado bueno, y su contrapeso. Un tiro al arco, gol de Nigeria y eliminación argentina latente. No se veía nada bien.

Esperamos una magistral atajada del envío de los doce pasos, pero no llegó. Se paró rápido, la trajo del fondo del arco y a sacar del medio. Hasta allí, algun par de centro bien bajados, pero nada más.

Franco Armani mantiene la concentración como pocos en su puesto, sea el momento de partido que sea, no se queda enroscado ni siquiera por un gol que lo dejaba afuera del Mundial en su debut. Esas son las pequeñas cosas por las que todo el mundo pedía su presencia.

Para que cuando llegase el mano a mano (esos que nos tiene acostumbrados a ahogar cada domingo con la camiseta de la Banda), respondiera. Eso ocurrió a los 37’ del complemento. Cuando un segundo gol nigeriano nos hundía más aun. Fue un achique con el sello de Armani. Odion Ighalo se perfiló de diestro, y desde el borde del área chica quiso definir a su costado izquierdo. Franco, sin cerrar los ojos, tapó con la cadera, lo que era el segundo.  Simple y llanamente, allí aseguró el empate. Después, sería obra de Rojo desnivelar. Señores, el arco, ya tiene su dueño. De aquí al final.

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