El apoyo a nuevos emprendimientos

Encarar un proyecto privado requiere de algunos basamentos insustituibles, como financiamiento, conocimiento en el rubro, estudio de mercado, etc. Y considerar los mediano y largo plazos a fin de superar cualquier situación coyuntural.

El apoyo a nuevos emprendimientos

En situaciones económicas complicadas, como la actual, resulta difícil decidir en qué invertir. Lo señalan los propios actores en las distintas actividades, y quizás la más afectada haya sido la industria de la construcción, pero el panorama no difiere demasiado en otras como el comercio o las pequeñas industrias.

En los últimos tres años, desde el Gobierno han bajado manifestaciones críticas hacia quienes toman el dólar como una de las fuentes de recurso para evitar que los pocos -o muchos- pesos que les quedan a la gente a fin de mes sean absorbidos por la inflación, sin advertir que es uno de los pocos recursos a los que pueden acceder quienes no tienen experiencia en el plano empresario.

Por otra parte, aquella vieja inversión “en ladrillos” a la que se solía echar mano hasta la década de 1970, ahora resulta de muy difícil acceso, casi imposible, en razón de que se concatenan una serie de elementos que comienzan con la adquisición de un lote, por los altos valores que se mueven en el mercado, y continúan con los aumentos constantes en los precios de los insumos, lo que no permite establecer a cuánto llegará el costo final del proyecto cuando el mismo tiene uno o más años para la concreción definitiva.

La Argentina tiene historia en este tipo de situaciones. Sólo deberíamos remitirnos a lo sucedido en oportunidad de la caída de los bancos oficiales o la privatización de YPF, por señalar sólo dos ejemplos, cuando los empleados que quedaban sin trabajo intentaban invertir en algún tipo de negocio que les permitiera su sustento y el de su familia. Proliferaron los quioscos, pero eran tantos y manejados por gente totalmente inexperta que, en su gran mayoría, fracasaron. No hubo falta de voluntad, sino que todo surgió fruto del desconocimiento por parte de quienes adoptaron esa iniciativa.

Tampoco hubo falta de respuesta por parte de los compradores. Porque tanto en esa época como en la actualidad, la gente mantiene una sana satisfacción cuando observa que un negocio funciona bien, cuando presta un buen servicio. Porque, además de aportar lo suyo para el buen funcionamiento del emprendimiento, también resulta favorecida porque recibe como respuesta un excelente trato personal.

No resulta fácil encarar un emprendimiento privado, pero tampoco es algo inalcanzable. Además de contar con el elemento esencial, como es el financiamiento, hace falta creatividad, iniciativa, estudio de mercado y muchos otros elementos, a los que debe sumarse, sin dudas, el aporte particular que otorga el tratamiento adecuado con lo clientes.

De acuerdo con los expertos, todos esos aspectos deben tener como condición esencial considerar el mediano y largo plazos, superando cualquier situación coyuntural. Si todos esos elementos se combinan, la gente con seguridad valorará la iniciativa y premiará la creatividad, como lo ha demostrado a lo largo de los años.

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