Aproximadamente un millar de personas se manifestaron ayer en Berlín para protestar contra los ataques antisemitas y contra la convocatoria por parte de grupos islamistas de una manifestación contra Israel. En paralelo, otra marcha de números similares reivindicó los derechos históricos de los palestinos sobre Jerusalén Este, bajo ocupación militar israelí desde 1967.
"Cuando aumentan los antisemitas y sus cabezas de odio, es necesaria la resistencia. Por eso estamos aquí", sostuvo Petra Pau, del partido La Izquierda durante el acto en el barrio berlinés de Charlottenburg.
En la manifestación participaron además el comisario para el Antisemitismo del Gobierno, Felix Klein, el ecologista Voker Beck y el embajador de Israel en Alemania, Jeremy Issacharoff.
Mientras, en otra parte de la ciudad más de un millar de personas protagonizaron una manifestación convocada por grupos islamistas radicales que saltó al debate público después de que el comisario del Gobierno alemán encargado de temas de antisemitismo, Felix Klein, aconsejó a los judíos no llevaran la kipá en público debido al creciente número de amenazas. En la marcha participaron defensores de los derechos del pueblo palestino e incluso judíos ultraortodoxos contrarios a la existencia de Israel como Estado.
Con kipá
De hecho, en la concentración contra el antisemitismo muchos de los participantes llevaban kipás como gesto de solidaridad. "Apoyamos con firmeza a los judíos que viven aquí y estamos con Israel", señaló el senador responsable de Interior de Berlín, Andreas Geisel, quien mostró una kipá durante el acto.
La manifestación contra el uso de kipás aunó a diversos colectivos coincidiendo con el Día de Al Quds, que pone fin al mes santo musulmán del Ramadán. En Irán, origen de esta celebración, supone un llamamiento a expulsar a Israel de Jerusalén Este, tercer lugar santo del Islam.
Las cifras oficiales revelan que el número de delitos de antisemitismo se incrementaron en Alemania de 1.504 en 2017 a 1.646 en 2018, lo que supone un aumento del 10 por ciento. Los casos violentos crecieron de 37 a 62 en ese mismo periodo.
El papel de EEUU
La polémica por el uso del kipá llegó hasta oídos del Secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, que ayer se expresó sobre este hecho en su visita a Alemania. "Nos preocupa ver que se desanime a los judíos a llevar la kipá en público por razones de seguridad. Ninguno de nosotros debería echarse a un lado ante los prejuicios", dijo Pompeo.
La advertencia de Felix Klein había provocado una oleada de reacciones, incluyendo la del presidente israelí, Reuven Rivlin, que lo tachó de "capitulación ante el antisemitismo".
En medio de la polémica, el portavoz de la Cancillería intervino para subrayar que es tarea del Estado garantizar que “cualquier persona lleve kipá en cualquier parte del país con plena seguridad”.
El presidente alemán Frank-Walter Steinmeier emitió una declaración en la que subraya que "la tarea del Estado es proteger a nuestros conciudadanos judíos e intervenir cuando sea necesario".
“Es algo que persistió en las sombras y ahora sale”
El ministro del Interior de la ciudad-Estado de Berlín, Andreas Geisel, alertó del peligro de que el antisemitismo resurja con más fuerza en Alemania.
"Creíamos que el antisemitismo casi había desaparecido en nuestro Estado democrático y que se había reducido quizás a un par de neonazis del NPD (Partido Nacional Democrático)", dijo Geisel.
Pero ahora se ve “que en verdad no desapareció sino que persistió en las sombras y ahora vuelve a salir a la luz”, se lamentó el funcionario, que llamó a mostrar solidaridad hacia los judíos, por ejemplo usando la tradicional kipá.