Con Estancia Mendoza Wine Hotel como escenario, se llevó adelante un nuevo Ciclo de Encuentros de Los Andes. El eje principal tuvo su base en la vitivinicultura. Es que la industria madre de la provincia, en los últimos 15 años, atravesó cambios estructurales que hicieron que nuestros vinos, en especial el malbec, empezaran a formar parte de las góndolas internacionales. Sin embargo, el sector acumula dos años de caída en la comercialización, tanto en el mercado interno como externo, lo que implica que se dejaron de vender 139 millones de litros de vino, y éste podría ser un punto de inflexión.
Con estas premisas, Luis García, gerente general de Los Andes, y Raúl Pedone, editor general de Los Andes, interpelaron a Felipe Crespo, subsecretario de Desarrollo Territorial de la Nación; Alberto Arizu, presidente de Wines of Argentina (WofA), y Carlos Iannizzotto, presidente de Coninagro.
El malbec como cepa emblema y punta de lanza de las ventas del vino argentino en el exterior fue el primer disparador de la charla. En este sentido, Felipe Crespo sostuvo que "es nuestro vino insignia junto con la carne y la yerba: son los productos que nos abren mercados".
Para Alberto Arizu “asociar una variedad con un origen determinado es un gran beneficio. Es un varietal que no sólo se ha tomado como bandera propia sino que es un producto de alta calidad. El malbec va a seguir siendo un símbolo de Argentina. Define la calidad argentina y nos va a permitir mostrar otra variedades".
El titular de WofA recordó que Argentina tiene otros productos para trabajar en el mercado externo, como son las variedades cabernet sauvignon, torrontés, syrah y bonarda, pero aclaró que en ningún caso se puede dejar de lado al malbec.
Carlos Iannizzotto, de Coninagro, retomó el concepto de la “malbecquización” de la economía utilizado por el presidente Macri, en varias ocasiones para referirse al valor agregado que tiene el producto, y estimó: “Visto desde una economía regional, tener una marca insignia como el malbec es muy importante. Sin embargo, hoy si no tenés buenos rendimientos la rentabilidad está en serios problemas. Lo que sucede es que necesitamos lograr puertas adentro una mejora de nuestros costos. Necesitamos una política más agresiva para lograr la competitividad”.
Evidentemente la tecnificación y cómo eficientizar los procesos productivos para mejorar la rentabilidad del negocio en todos los eslabones de la cadena fue uno de los temas clave durante el análisis que realizaron los referentes en el ciclo.
En este sentido, Crespo admitió que se trata de una materia pendiente y sostuvo que “muchos son pequeños productores que necesitan tecnificarse. Creo que tenemos que fortalecerlos”.
Agregó que “nadie escapa al costo logístico. Hay que recuperar el tren. Hay que recuperar el mercado externo y el acceso al crédito”.
Arizu sostuvo que la industria reestructuró la mirada del negocio en las últimas décadas. “Cambiamos la mirada que iba de la producción a la demanda y hoy miramos desde el consumidor a la producción para desde allí adaptar nuestros productos. Esto se potenció con la salida de Argentina al mundo”, señaló.
Pero advirtió que "el costo argentino" es una dura carga para los productores. "Sale más caro ir de Mendoza a Buenos Aires que de Buenos Aires al puerto de Rotterdam. Estamos lejos del hemisferio norte pero estas desventajas hay que empezar a solucionarlas".
El presidente de WofA también se refirió a la necesidad de conseguir tratados de libre comercio que mejoren la situación de los productos argentinos en el exterior.
En la mirada de Carlos Iannizzotto, Argentina tiene un desfasaje en la forma en que está encarando algunos temas y en este sentido, indicó que “la velocidad con la que el país se está incluyendo en el mundo no es a la misma velocidad con la que se trabaja sobre los costos y la tecnología de la industria. No son los mismos ritmos”.
Agregó que “cuando tengamos herramientas y previsibilidad, el sector vitivinícola va a crecer. Tenemos la calidad enológica. Ahora puertas adentro hay que mejorar las condiciones impositivas y demás para mejorar”.
Tras dos malas cosechas y costos en alza, se ha cristalizado una retracción en la comercialización de los vinos argentinos ¿es posible revertir la caída?
"Hay que armar campañas de promoción del vino como bebida nacional. Hay que generar sinergia entre lo público y lo privado", afirmó Crespo.
Arizu puso sobre la mesa el hecho de la que la vitivinicultura emplea a casi 150 mil personas en forma directa. “Deberíamos tener el 8% del comercio mundial de vino pero sólo tenemos el 4%. Este sector necesita condiciones de competitividad pensadas en el largo plazo. Construir un mercado lleva mucho tiempo y salirse se logra en segundos. Recuperar un mercado lleva mucho más tiempo e inversión. Nosotros tuvimos un gran desempeño en el mercado externo pero empezamos a salir de los mercados y nos va a costar recuperarlos. Argentina sigue vigente pero de donde nos hemos salido nos va a costar volver”.
Para el cooperativista Iannizzotto, la coyuntura “aprieta mucho y lo veo como productor”. El titular de Coninagro aseguró que no hay futuro sin una “pata financiera”.
"Con tasas para tomar créditos al 27% es imposible salir a competir”, indicó.
Los invitados de este encuentro
Felipe Crespo
Actual subsecretario de Desarrollo Territorial del Ministerio de Agroindustria de la Nación. Es productor agropecuario y empresario de turismo rural.
En 1987 ingresó a la gestión pública como asesor en el Concejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires, estuvo a cargo de la Subsecretaría de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, fue coordinador del Plan Nacional de Manejo del Fuego de la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente Humano de la Nación.
"El malbec es nuestro vino insignia junto con la carne y la yerba. Son los productos que nos abren mercados".
Desde 2000 se dedica a la actividad productiva rural en el sector privado. Es miembro de la Fundación Pensar. En diciembre de 2015 fue nombrado subsecretario de Desarrollo Territorial en el Ministerio de Agroindustria.
Alberto Arizu
Presidente de Wines of Argentina (WofA). Bisnieto de Leoncio Arizu, fundador de la bodega. Es Licenciado en Administración de Empresas (UNCuyo).
Tiene un posgrado en Marketing Estratégico (University of San Diego). Se desempeñó como presidente de Wines of Argentina durante dos períodos (2010-2014) y posteriormente en 2016 fue reelecto nuevamente como presidente.
"Sale más caro ir de Mendoza a Buenos Aires que de Buenos Aires al puerto de Rotterdam. Estamos lejos del hemisferio norte".
En la Bodega Luigi Bosca Familia Arizu se desempeña como Director. En los últimos 10 años, viajó a más de 50 países alrededor del mundo, desarrollando la estrategia internacional para la comercialización y el posicionamiento de los vinos y promoviendo la marca “vino argentino” en el mundo.
Carlos Iannizzotto
Presidente de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro). Productor vitivinícola cooperativo de la provincia de Mendoza. Es abogado, está casado y tiene 10 hijos y 22 nietos.
En la actualidad, es gerente de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas (Acovi) desde hace más de 15 años. También es directivo y asesor de Fecovita desde hace 28 años.
"Hoy si no tenés buenos rendimientos la rentabilidad está en serios problemas. Necesitamos una mejora de nuestros costos".
Su actividad en el sector incluye que es integrante de la Mesa Ejecutiva de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar) y coordina el Observatorio de Economías Regionales. Es autor de varios libros relacionados con la Economía Social y las economías regionales argentinas.
El vino ¿un producto de lujo?
La parte final del debate se centró en la "sacralización" del vino y cómo ese fenómeno podría haber influido en los cambios de hábito del consumidor.
"El fenómeno de la premiumización se ha dado en todas las categorías. De hecho también se ha dado con las cervezas y las espirituosas. Los cambios de hábitos hay que seguirlos pero hay un enorme potencial. Por ejemplo, en Argentina trabajamos poco con los millenials comparado con lo que hace Estados Unidos. Tenemos mucho por aprender", graficó Arizu.
"Si uno -continuó- hace una lectura sobre cómo está el consumo en los países tradicionales de producción vitivinícola, las cifras muestran que han bajado pero el promedio general de consumo de vino en el mundo ha aumentado. Hoy creemos que 25 litros per cápita es el Ecuador del consumo promedio".
Iannizzotto volvió sobre la coyuntura local y agregó: “Estamos trabajando en el mercado interno pero necesitamos diversificarnos, por eso pedimos que se apruebe la ley de uso de jugos naturales. Además necesitamos herramientas para posicionarnos y competir”.