El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, acusó hoy a las organizaciones ambientalistas de tener organizaciones en los incendios de la región amazónica, este año aumentaron un 80% respecto del año pasado.
El mandatario hizo declaraciones frente a las críticas nacionales e internacionales sobre la luz verde que otorgó a la explotación económica de la selva amazónica y el despido de científicos que realizaron el control de la deforestación.
"Puede estar ocurriendo, es una posibilidad, no lo estoy afirmando, una acción criminal de esas ONG ambientalistas para llamar la atención contra mi persona, contra el gobierno de Brasil; esa es la guerra que enfrentamos", dijo Bolsonaro.
El mandatario sumó así una nueva declaración contra los ambientalistas, luego de haber rechazado el dinero anual que Noruega y Alemania entregan al Fondo Amazonia para aumentar la fiscalización y cumplir las metas de deforestación a las que se comprometió Brasil.
"Tenemos que trabajar para que no haya crímenes ambientales pero le hemos sacado dinero a las ONG; esa gente está sintiendo la falta de dinero público", dijo Bolsonaro, que defendió la minería y agricultura en la selva sudamericana, de la cual Brasil posee el 60%.
La Amazonia se concentró el 52,5% de los incendios de 2019 en Brasil y el lunes pasado una nube proveniente de las quemas de bosques en el estado de Rondonia, en la frontera con Bolivia y Perú, oscureció a las 15 horas a la ciudad de San Pablo, la más grande del país, a casi 2.000 kilómetros de distancia. El Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil (INPE) contabilizó un récord de incendios en la Amazonia, con registro de al menos 72 mil focos desde enero, de los cuales 9500 ocurrieron en la última semana.
Las imágenes y filmaciones del fuego se están compartiendo en Twitter con el hashtag #PrayForAmazonia, mientras el Instituto del Hombre y el Medio Ambiente de la Amazonia (Imazon) reportó que en julio aumentó 66 por ciento la deforestación en relación con el mismo mes del año pasado.
Bolsonaro aprovechó la visibilidad internacional por las quemas de pastizales para volver a criticar a Alemania y Noruega, los países que retiraron sus aportes al Fondo Amazonia, creado durante el gobierno de hoy opositor y preso Luiz Inácio Lula Da Silva como mecanismo de compensaciones a las potencias para aumentar la fiscalización.
El alerta llegó el lunes sobre el aumento de las quemas de bosques en la región norte amazónica y en el centro oeste, en la frontera con el norte paraguayo.
Es una nube de humo detectada por los satélites oscureció a la ciudad de San Pablo y allí se encuentra el debate científico sobre la política de Bolsonaro hacia la Amazonia.
Consultado sobre si tenía pruebas de que las ONG estaban detrás de los incendios, Bolsonaro dijo que carecía de ellas, pero acusó a las entidades ambientalistas de "hacer campaña contra Brasil".
En diferentes oportunidades, el presidente anunció que durante su gobierno no habrá más demarcación de tierras indígenas y que pretende enviar un proyecto de ley para permitir la minería dentro de los territorios ancestrales.
Ayer, Bolsonaro había dicho que querían llamarlo "Nerón" pero que en esta época es normal la quema de bosques y pastizales.
El gobierno está usando el mismo discurso que la dictadura brasileña detectada en 1973, año del llamado milagro económico, para poblar la Amazonia, afectados agricultores de la región de la frontera de Argentina y Uruguay hacia la selva para plantar soja y criar ganado.
Además, fue abierta la ruta transamazónica, que, según la Comisión de la Verdad, fue la causa de los conflictos y las represiones ilegales en la cual fueron asesinados 8,000 indígenas.
Durante 2019, año en el que asumió Bolsonaro, el aumento de la deforestación amazónica realizada en forma ilegal fue del 45%, según el Instituto Nacional de Pesquisa Espacial (INPE).
Tras analizar que duraron dos semanas, Bolsonaro negó los datos y echó al titular de ese instituto, el científico Ricardo Galvao, uno de los más respetados de Brasil en la materia.
La apertura de una guerra ambiental llevó a Bolsonaro a decir que no necesitó más la plata de Noruega.
Para criticar a Oslo, publicado en Twitter una matanza de ballenas, abrió otro frente diplomático porque se equivocó del país, al confundir a Noruega con Dinamarca.
Los gobernadores amazónicos expresaron su intención de continuar dialogando con Alemania y Noruega en forma autónoma al gobierno federal.