El alma austral

Donde late la última de las ciudades, se encuentra el paisaje que reúne bosque, cordillera, mar y lagos. Ushuaia aventuras sin fin.

El vuelo 4442 desciende rasante sobre el Atlántico Sur. Desde el agua plomiza emergen los Andes tapizados de un blanco que brilla. La pista de aterrizaje del Aeropuerto Internacional Malvinas Argentinas no se ve, solamente se siente debajo de los pies cuando el tren de aterrizaje toca Ushuaia, la última ciudad argentina insular, donde termina el mapa de Sudamérica. En la cinta transportadora aparecen las valijas con cascotes de nieve. Lo primero que aprendemos es que donde está transparente, resbala: hay que caminar con cuidado. Dicen que ingresar por tierra y agua da realmente cuenta de que se trata de un sitio extremo y se potencia la sensación única de una isla cercada por cordillera y agua. La experiencia de llegar siempre es magnífica.

La panorámica tiene mucho de bandera: asalta con blancos y azulinos grisáceos en el cielo, en el mar y en la montaña, apenas interrumpidos por las luces amarillas, y se siente como una expresión irrebatible de soberanía. La arquitectura, sin embargo, compite con su espíritu de aldea europea de techos muy empinados. O nos recuerda a Europa porque no conocíamos un invierno tan invierno fuera de referencias literarias o cinematográficas, aun nosotros, los que crecimos al pie del paso Cristo Redentor. Las casas tienen coníferas en el antejardín y buzones cubiertos de una gruesa capa de nieve.

En todos los aleros, brillan estalactitas transparentes. Entrando en el centro, la vista extensa se reduce a caminos estrechos y calles en pendiente. El frío se siente pero se soporta. El silencio es ensordecedor y se vuelve parte del paisaje.

Resulta que en este entorno, que parece robado de algún relato maravilloso, no viven Narnia ni Harry Potter: nos reciben jóvenes que hablan un poco parecido a nosotros -aspirándose alguna que otra ese, con una tonada pausada- y que dan enorme valor a cada palabra que describe la historia o la cultura del lugar que los alberga.

Nos enteramos entonces que aquí ni el sol ni la cordillera sirven para orientarse, pero que siempre que veamos el mar estaremos mirando al sur. Que la principal población de la única ciudad trasandina del país es joven, que debido a las bajas temperaturas el vehículo más utilizado es el auto y que tienen tres casinos. El otro punto neurálgico nocturno es el bar Dublín, donde locales y turistas van en busca de música y cerveza artesanal.

También hay cines y un shopping en la costa: el Paseo del Fuego. Desde el continente, veníamos anticipándonos a días muy cortos, y aquí nos enteramos que esta gente ve el vaso medio lleno y tienen una fiesta especial para la Noche Más Larga, y los eventos invernales tienen fines sociales para favorecer el intercambio entre habitantes de la isla y turistas, y combatir la sensación de reclusión. Entenderemos más tarde por qué los fueguinos dicen todo el tiempo “el resto del país”.

El área entre el 300 y el 1000 de la Avenida San Martín está ocupada por el centro comercial, que tiene horarios acotados, como toda ciudad del interior que se precie de tal. Santiago, nuestro guía, dice que es un mito lo de comprar barato, pero un puñado de locales tientan con perfumes importados, cosméticos, chocolates, bebidas alcohólicas, habanos y ropa deportiva y de montaña, libre de impuestos, con precios significativamente más bajos que otros lugares del país.

Cuestión de tiempo
"Tierra del Fuego podría haber sido una Malvina más" reflexiona Santiago. En 1902, durante la presidencia de Julio Argentino Roca, se construyó el Penal de Ushuaia como una forma de ejercer dominio en el territorio despoblado. La cárcel del fin del mundo albergó detenidos políticos en la década del '30, como Ricardo Rojas, hasta asesinos seriales de la talla de Cayetano Santos Godino alias el Petiso Orejudo.

Las instalaciones del penal de cinco pabellones y un panóptico hoy constituyen el Museo del Presidio, que se puede visitar muy cerca del centro de la ciudad. Uno de los pabellones se conserva intacto y en otro se recrean las celdas de sus más celebres confinados, se exhibe la vestimenta y la infraestructura de la época. El Presidio tiene un cine, una cafetería y una tienda de recuerdos donde estampan el pasaporte y las postales con el sello de la ciudad más austral del mundo. Los presos del Penal de Ushuaia fueron quienes abastecieron las primeras necesidades de la isla, y trabajaban transportando leña en el Ferrocarril Austral Fueguino, que funcionó entre 1919 y 1947, cuando cerró la cárcel.

Hoy, el Tren del Fin del Mundo tiene fines turísticos y conecta la Estación del mismo nombre -en los alrededores de la ciudad- con el Parque Nacional Tierra del Fuego, recorriendo los últimos 7 kilómetros del tramo original. La locomotora Ingeniero Subieta simula la estética del siglo XIX y avanza durante una hora en el bosque nevado del sur más sur de todos.

En cada curva asoman cientos de brazos extendidos y selfie sticks por las ventanas de los vagones -que pueden albergar hasta 116 pasajeros-, con la intención de hacer la mejor foto del vapor en un escenario atemporal, que podría ser la Argentina de hoy, la de un siglo atrás o alguna escena de Doctor Zhivago en las cercanías del Círculo Polar.

Desde la entrada del Parque Nacional, avanzamos entre lengas y ñires desnudos que alcanzan los 25 metros, decorados con esferas verdes que, nos enteramos ahí mismo, son plantas parasitarias que se llaman “farolito chino”.

El sendero conduce hasta Bahía Lapataia, el taco de la bota de la Isla Grande de Tierra del Fuego, el extremo de la Ruta Nacional N° 3 y el punto más austral al que se puede acceder por vía terrestre. Se vuelve tangible la certeza de que llegamos a la puerta de entrada de la Antártida, que ahora nos queda a escasos 1.000 kilómetros. Allí la escena detiene la respiración del más escéptico: la vista abierta del punto final del mapa del continente embriaga los sentidos que no logran terminar de ver el paisaje único de cumbres, nieve y mar.

EL ASUNTO DE LA ROPA

Con la ropa adecuada, el frío es solamente frío y se tolera perfectamente. Es fundamental mantener los pies calientes y secos. Medias y calzas térmicas y un calzado impermeable, son fundamentales. El resto, se resuelve con capas de prendas, ya que en interiores la calefacción siempre está encendida: remera de algodón, remera manga larga, suéter y/o polar y campera impermeable que corte el viento.

Para las actividades diarias (fuera de los deportes de nieve), se adapta muy bien la ropa deportiva para climas extremos o aire libre con tecnología dry fit: telas transpirables que permiten liberar la humedad del cuerpo pero retener el calor. Evitar zapatillas de lona y calzado de cuero.

Qué llevar:
- Botas de trekking con gore-tex o botas de nieve. Se pueden alquilar. 
- Ropa interior térmica: hay calzas para hombres y mujeres, se usan debajo de cualquier pantalón.
- Campera impermeable y corta viento. Alquilable. 
- Anteojos de sol, gorro, guantes y bufanda.
- Calzas de running que repelen el viento y el agua funcionan muy bien con una térmica abajo. Se puede alquilar ropa de esquí o pantalones impermeables para las actividades de nieve. 
- Protector solar para la cara e hidratante labial resultan muy útiles.
- Mochila cómoda para pasar todo el día afuera.
- Adaptador de corriente de dos patitas redondas.
- Cargador de celular portátil y/o baterías extra para no perderse ninguna foto.

QUÉ VISITAR

Canal de Beagle y Faro del Fin del Mundo: Un clásico obligatorio. Parte del Muelle de Ushuaia, el paseo dura toda la tarde y ofrece vistas maravillosas de aves, lobos marinos y el atardecer sobre el mar y los cerros nevados. El catamarán se aproxima a la Isla de los Lobos y el Faro Les Eclaireus lo suficiente como para hacer fotos espectaculares. A la hora del regreso, la panorámica de la ciudad encendida sobre la bahía es imperdible.

Valle de Lobos: Propone paseos en trineo tirados por Husky y recorridos en cuatri, pero la experiencia excede el circuito turístico. Hay que charlar con el Gato Curuchet, anfitrión y primer sudamericano en participar de Iditarod, la carrera anual de larga distancia de trineos con perros que se corre en Alaska. Entrena cachorros y da cátedra sobre las sutilezas de la crianza.

En la cabaña, decorada como un refugio montañés con todo tipo de herramientas, antigüedades y objetos curiosos, funciona una cafetería y restaurante donde se puede tomar un café montañés especiado (cuya receta secreta nunca reveló) o chocolate caliente (desde $ 40), cordero patagónico con ensalada, vinos y espumantes mendocinos (de $ 40 a $ 530).

La carta incluye minutas, pastas, ensaladas, asado (entre $ 90 y $ 270) y postres clásicos incluidos en el menú. Hay una excursión nocturna que busca involucrar a la gente con su mundo, e incluye caminata con raquetas. Otra, el Fogón Blanco dura 4 horas, permite experimentar la rutina de preparación de una carrera de trineo e incluye cena y bebidas.

Cerro Castor: El centro de esquí más austral del mundo tiene la temporada más larga que se extiende hasta octubre. Una infraestructura moderna garantiza nieve segura y siempre esquiable, más de treinta pistas y medios de elevación más rápidos, que lo convierten en un destino de élite al que no llegan los grupos de egresados. Hay rental de 1.500 esquíes, cabañas para 2, 4 y 6 personas con servicio de hotelería.

Juan Carlos Bengue, mendocino oriundo del Valle de Uco y dueño del cerro, anticipa que para el campeonato mundial de instructores de esquí que se celebrará en setiembre, se esperan más de 1.000 visitantes.

DÓNDE HOSPEDARSE

Las Hayas está situado a cuatro minutos del centro en auto. Si la temperatura acompaña, la caminata en bajada es un paseo perfecto. La ubicación del resort cinco estrellas ofrece las mejores vistas de la bahía desde lo alto. El restaurante Le Martial tiene una carta amplia donde las estrellas son los productos locales en platos simples con una vuelta de rosca gourmet y manos expertas que aportan la calidez de la comida hogareña.

Centolla en sopas, pastas caseras y ensaladas; cordero patagónico en bruschettas, braseados, estofados y salsas; róbalo, merluza negra, salmón y frutos de mar acompañados de hongos y frutos del bosque.

Los helados merecen un capítulo aparte: elaborados en el mismo hotel bajo una técnica de batido artesanal, son una verdadera delicia. Hay de calafate, cabernet sauvignon, caramel tostado, chocolate y café, entre otros. Otros favoritos: crocante de almendras con crema de café y una mousse de limón increíblemente esponjosa con frutos rojos gigantes.

TODAS LAS TARIFAS

Las Hayas Ushuaia Resort 
- Habitación Standard en base doble $ 1.200 por noche por persona
- Family Plan Jr. Suite en base doble $ 1.413 por noche por persona. Alojándose dos adultos, se bonifica la estadía de dos menores de 12 años. Todas las tarifas incluyen desayuno bufet, libre acceso al spa, piscina y fitness center. Válidas hasta el 15 de octubre de 2015.
www.lashayas.com.ar

LAN Argentina
- Aéreos BUE / USH / BUE a partir de julio desde $ 2.657
www.lan.com

Tolkeyen 
- Navegación Lobos: $ 600 (no incluye tasa de puerto ni traslados al Muelle)
- Parque con Tren del Fin del Mundo: $ 1.000 (no incluye entrada al parque)
Tarifas válidas a partir de Julio.
www.tolkeyenpatagonia.com

Valle de Lobos
- Paseo en Trineo: $ 500 por persona
- Excursión commander 4 x 4: $ 400 por persona
www.valledelobos.com

Más información

- La temporada alta comienza en vacaciones de invierno, se extiende hasta marzo y comprende Semana Santa.
- El Tren del Fin del Mundo tiene precios promocionales para turistas argentinos. 
www.cerrocastor.com
www.trendelfindelmundo.com.ar
www.casimirobigua.com

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