El clásico entre Boca y Racing quedó desvirtuado por la cantidad de agua que había en el campo de juego, lo que obligó al árbitro Federico Beligoy a la suspensión cuando se disputaban 12 minutos del complemento.
El delantero Jonathan Calleri convirtió el único gol, poniendo el 1 a 0 parcial para el local, a los 25 minutos de la primera etapa.
Ahora, este partido deberá reprogramarse para otra semana ya que tanto el equipo del ‘Vasco’ Arruabarrena, que estaba logrando su tercer triunfo en fila, como el de Diego Cocca tienen compromisos el próximo jueves.
Boca tiene la revancha de la segunda fase de la Sudamericana ante Central, como local, mientras que Racing enfrentará a Argentinos en el estadio de Huracán por los octavos de final de la Copa Argentina.
Más allá de las intenciones de los dos equipos, el campo de juego y la lluvia fueron los principales protagonistas del encuentro ya que no permitieron un juego fluido y en todo momento fueron un problema para los futbolistas.
En este panorama, el dueño de casa aprovechó la única jugada clara de gol que tuvo para abrir el marcador y afrontar la continuidad del partido con la ventaja.
En tanto, Racing, que arrancó mejor parado que su rival, tuvo dos situaciones de riesgo pero por falta de fortuna y falla en la definición se fue con las manos vacías hasta que se reanude el cotejo.
Luego, ya en la segunda parte, al minuto Facundo Castillón, el otro atacante que eligió Cocca para afrontar el partido, definió suave ante la salida de Orión pero el agua y la poca fuerza del remate le permitieron a Nicolás Colazo salvar el gol en la línea.
Ahí estuvo la diferencia porque Boca no había inquietado a la ‘Academia’ hasta que a los 25 minutos Jonathan Calleri le peleó una pelota a Yonathan Cabral, quien no pudo rechazar, Marcelo Meli recuperó la pelota y Federico Carrizo habilitó al ex All Boys que definió rasante y cruzado adentro del área grande para convertir su primer gol en La Bombonera y el segundo en el torneo.
El resto del partido carece de análisis ya que además de las mencionadas dificultades para jugar, los futbolistas tampoco le encontraron la vuelta porque algunos insistieron en jugar por abajo en una cancha imposible y tampoco aprovecharon estas condiciones para rematar de media o larga distancia.
"Pensé que lo suspendía en el entretiempo"
Rodolfo Arruabarrena reconoció el mal estado del césped, pero explicó que quería que el juego se terminase. “Pensé que en el entretiempo se iba a suspender porque seguía lloviendo.
Una vez que comenzamos no había cambiado nada de como había comenzado el partido. Íbamos ganando, es obvio que quería seguir porque las condiciones eran favorables. Es una decisión, hay que respetarla y ya veremos cuándo se juega”, sentenció el entrenador de Boca.
Y agregó: “Era un partido que no se podía jugar, ni de un lado ni del otro. Era difícil jugarlo de entrada. Coincidí con el árbitro en que la cancha podía producir una lesión para cualquier jugador”.
Por otro lado, destacó el compromiso de sus futbolistas en este extenuante campo de juego. “Rescato las ganas de mis jugadores. Es algo que no podemos perder. Sabemos que tenemos mucho, pero muchísimo por mejorar. No podemos negociar la agresividad y el contagio. El día que lo negociemos nos va a ir mal”.