El acuerdo de paz

El acuerdo de paz

Por José Luis Toso  - jtoso@losandes.com.ar

Cornejo pudo cumplir su primer mes de gobierno con bastante alivio. No es un dato menor en medio del caos provincial heredado. Alivio porque no sólo pudo avanzar con el denominado paquete presupuestario (dicen que no se le debe negar a ningún gobernador su primer presupuesto anual) sino porque, fundamentalmente, las leyes de declaración de la emergencia en las áreas administrativa y de salud le dan el aval político para poner a su gestión a resguardo de la eventual crítica opositora.

Si de emergencia se trata, nadie podía mirar hacia el costado alegremente en el justicialismo después de un final de gestión que prácticamente dio por abandonado el pago de salarios y otras obligaciones del Estado. En lo que respecta a la salud es muy justo destacar que los hospitales públicos de nuestra provincia siguen siendo eficientes por la capacidad y apego de su personal.

Y con respecto a la tradición del primer presupuesto de una gestión, es cierto que Cornejo y el radicalismo tenían derecho a reclamar la herramienta para poner en marcha las distintas áreas, pero el trance aparecía dificultoso por el enojo y la frustración de varios legisladores que no olvidaron fácilmente los disgustos que desde la UCR, cuando era oposición al gobierno de Pérez, generaron con las demoras para la aprobación del de 2014 y las trabas que impidieron que se tratara el del año pasado.

Mano a mano con los que tienen poder. La reunión del lunes en Casa de Gobierno entre Cornejo y los intendentes del justicialismo fue motivada por necesidades mutuas. El Ejecutivo precisaba el acuerdo político que hiciera posible obtener los dos tercios de votos en ambas cámaras para aprobar Avalúo, Ley Impositiva y Presupuesto, mientras que los seis jefes departamentales de la oposición iban por el sí gubernamental a los recursos que necesitan urgentemente para poder conducir sus respectivas comunas. Ni más ni menos que los problemas que también tienen “caciques” de otros signos políticos, pero en este caso los siempre astutos referentes territoriales del peronismo eran conscientes de que el Gobernador los necesitaba, y mucho.

Por otra parte, el jefe del Ejecutivo fue práctico al no dudar en llamar a quienes tienen poder en un sector partidario dominado por el desorden y la falta de rumbo claro. El justicialismo, mayoritario dentro del Frente para la Victoria mendocino, quedó muy mal parado luego de un año nefasto en lo electoral y peor todavía en cuanto al desenlace de la gestión. No hay en el PJ interlocutores claros, salvo los líderes territoriales. A ellos recurrieron desde el gobierno.

El acuerdo de gobernabilidad sellado con los intendentes opositores tuvo, también, el compromiso desde el Gobierno de cumplir en lo posible con las obligaciones hacia las comunas. Después de la magra experiencia de los últimos años, en los municipios quieren tener la certeza de que los recursos coparticipables llegarán más o menos a término y no serán derivados para otros usos, como se acostumbraba en los últimos tiempos.

Allegados a algunos de los que participaron de la reunión que permitió agilizar la discusión legislativa, coincidieron en destacar que los jefes peronistas habían salido muy conformes del cuarto piso de la sede gubernamental. “Los vemos tranquilos. Mucho más tranquilos que antes...”, señalaba un hombre cercano a uno de los intendentes del PJ refiriéndose a los padecimientos de las administraciones departamentales en los últimos tiempos de la gestión de Pérez. Cornejo les aseguró que en su gobierno no habrá ningún tipo de discriminación por signo político hacia los municipios, pero a cambio también requirió que en los departamentos no se deje de cumplir con los servicios y que, en el marco de austeridad que se pretende irradiar a partir de la gestión provincial, también en los ámbitos municipales se busque ajustar en gastos no prioritarios o necesarios. La mayor preocupación provincial sigue siendo el avance de la gestión en los casos más comprometidos, como son Guaymallén, Santa Rosa, Luján y Las Heras.

Luego del apretón de manos con el Gobernador, los jefes departamentales instruyeron a los legisladores del PJ que se identifican con ellos para acompañar al oficialismo en la votación de los tres proyectos clave para la gestión de este año. Ese pedido partió a los bloques en la Cámara de Diputados, donde hubo díscolos que votaron en contra pero sin poder evitar que los leales a los “caciques” dieran el número para los dos tercios de votos requeridos en el recinto. Dicha fractura se observó en ambas cámaras con motivo del abordaje de Avalúo e Impositiva, pero cuando llegó el turno del Presupuesto 2016 prácticamente todos los integrantes del Frente para la Victoria terminaron acompañando al oficialismo. Quienes no se resignaron a acompañar directamente faltaron o se retiraron al momento de votar, pero fueron pocos.

El único contratiempo fue generado por el polémico artículo del Presupuesto por el que se autorizaba al Ejecutivo a concretar operatorias con los proveedores del Estado pero sin determinar límites. Fue el tema controversial que le tocó enfrentar a los diputados del radicalismo en la extensa jornada que comenzó el miércoles y terminó en la madrugada del jueves. Para algunos legisladores del propio oficialismo, una medida desatinada de la conducción de Hacienda que complicó la aprobación de la ley. Eliminada dicha cláusula se normalizó el trámite.

El conflictuado justicialismo. El respaldo dado por el peronismo mendocino al gobierno de Cornejo también se puede enmarcar en el momento crítico que vive ese sector político luego de la desgastante gestión de Francisco Pérez.

Los más expertos observadores del día a día del ahora principal sector de la oposición advierten una grieta en el partido de difícil arreglo, por lo menos en el mediano plazo.

Hay quienes opinan que probablemente en lo que resta del verano, o por lo menos hasta después de la Fiesta de la Vendimia, haya una tregua expectante con lo que ocurra con el Frente para la Victoria a nivel nacional, con más razón después del reagrupamiento no kirchnerista que comenzó a gestarse con el reciente encuentro entre Massa, Urtubey y Bossio. Pero posteriormente, y una vez que la actual conducción partidaria, en manos de Pérez y Ciurca, dé el necesario paso al costado, se podrá plantear una recomposición interna que lleve a una nueva conducción. Las apuestas en tal sentido juegan a favor del intendente de San Martín, Jorge Omar Giménez, pero todos saben que en el peronismo tradicionalmente nunca está dicha la última palabra.

La realidad política del PJ contrasta con la de la UCR, que de la mano de Cornejo se propone superar su primer año sorteando las dificultades heredadas sin descuidar la hasta ahora óptima relación con la Nación. El anuncio de Macri de la doble vía a San Juan, que el Gobernador compartió con su colega justicialista de San Juan en la Casa Rosada, y la promesa del ministro Frigerio de reconsiderar la distribución de los recursos fiscales hacia las provincias, entre otros aspectos, ilusionan a los que alguna vez quieren vivir un federalismo de verdad.

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