Muchas cosas hermosas tenemos los mendocinos, muchos paisajes para compartir que están esperando que le peguen una miradita. Tenemos el Aconcagua que es el cerro más alto de América con su campamento base llamado plaza de Iglesias. Con sus 6.962 metros, podríamos decir 7.000 directamente, todavía se está discutiendo el significado de su nombre y tal vez nunca vayamos a saber cuál es el más certero. Según algunos es voz aymara Aconca-Hue que significa monte elevado, o del quechua Ackon Cahuak, con el significado de centinela de piedra, pero también otros estudiosos, como Isidro Maza o Juan Carlos Rogé, afirman que es quichua pero compuesta por los vocablos Akun, cumbre muy elevada, ka, otro u otra, y hua, temor o admiración. En todo caso, otra de las cumbres muy elevadas, temidas o admiradas.
Pues bien, se han cumplido 121 años de la primera ascensión. El 14 de enero de 1897 el suizo Mathias Zurbriggen pudo gritar de emoción desde su altura máxima. Desde entonces la fama del cerro y su convocatoria han crecido sin descanso.
Se ha formado con los años, una especie de comunidad especial en el cerro. Un hotel, (uno de los más altos del mundo), el campamento base de Plaza de Iglesias o de Mulas donde se reúnen guías, cocineros, mozos, baqueanos, muleros, personal de limpieza, guardaparques, policías, todos viviendo en condiciones extremas de frío y de viento, y precarias de supervivencia.
Hasta hace pocos días había equipos especiales que hacen más confortable la estadía, pero, aún así, yo he visto con estos humildes ojitos con que me proveyó la naturaleza, los sacrificios que deben hacer aquellos que se impusieron como meta la cumbre. Es algo admirable que no cualquiera podría soportar.
Pues bien, sigue creciendo el Aconcagua: esta temporada se incrementó el número de visitantes. Debemos cuidar y atender esta maravilla con la que fuimos provistos, porque si Argentina en el mundo se conoce por el Tango y Maradona, Mendoza en el mundo se conoce por sus vinos y por el Aconcagua.
Es subido por unos 5.000 andinistas por temporada, con un promedio de estadía básico de 5 días, a razón de un kilo de popó diario por persona hacen 25 toneladas por temporada: debe ser el cerro más popoteado de América.
Ahora está en consideración la limpieza. Según algunos informes los tachos con popó hace tiempo están en las alturas y contaminan. Según los encargados, todo está bien y no hay contaminación.
No tenemos tiempo de investigar ambas vertientes sin contaminarnos. Lo que sí podemos hacer es una propuesta: que se suministre a cada andinista una bolsa para que depositen sus desechos personales y se hagan cargo de la misma. Al regreso, en la estación base, se pesará cada bolsita comparándola con los días que el visitante ha estado en el parque. Por ejemplo, si pasó 5 días, 5 kilos como mínimo. Si le falta deberá volver a subir, hacer un poco más y volver hasta superar los controles. Es sólo una propuesta pero algo hay que hacer, si no queremos hacer popó al Aconcagua.