Un apasionado por el automovilismo, que nada lo frenaba para cumplir con sus sueños, uno de ellos tan utópico, como dominar el desierto. La competencia convencional no colmaba sus expectativas, asi que el francés Thierry Sabine creó en 1979 una carrera increíble, en ese entonces París-Dakar.
Hoy se cumplen 33 años de su muerte, justamente en la fecha en que transcurre el desarrollo de esta rivalidad entre los competidores por llegar al obetivo principal, ganarlo. Siguiendo a los pilotos desde un helicóptero durante la competencia, fue víctima de un accidente que lamentablemente terminó con su vida,
La historia de Sabine es especial, porque con tan solo 36 años se convirtió en el protagonista de una etapa muy importante dentro del deporte motor a nivel mundial. Se dedicó al motociclismo y al automovilismo que lo hicieron correr en diferentes categorías, y hasta participó en tres ediciones de Le Mans.
En diciembre de 1977, su vida marco un antes y un después. Se anotó y largó con su moto en el Rally Niza-Abdijan, entre la Costa Azul y Costa de Marfil. En el transcurso de la competencia se perdió en el desierto de Teneré, en Niger, y estuvo cerca de la muerte. Fueron varios días sin encontrarlo, que lo llevó a deshidratarse, pero cuando pudo recuperarse tomó la firme decisión de conquistar el desierto a través del deporte.
Cuando regresó a Francia, empezó a organizar una carrera exclusiva en el desierto. A mediados de 1978 se realizó la inscripción con un alto nivel de convocatoria que llevó a reunir 80 autos, 90 motos y 12 camiones. Inmediatamente se transformó en un éxito rotundo que reunió a pilotos destacados, con Jackie Ickx, y personalidades fuera del deporte motor, como el Príncipe Alberto, de Mónaco, entre otros.