Pese al aislamiento social, preventivo y obligatorio que rige en el país hasta el 31 de marzo, algunos irresponsables se las "ingeniaron" con insólitas excusas para salir de casa, incluso inventando una vida falsa y mandándose al frente por su propia torpeza frente a los policías.
Según recogió El Trece, uno de los casos más llamativos sucedió en la ciudad de San Lorenzo, a 35 kilómetros al norte de Rosario, donde 44 personas fueron detenidas, entre ellas siete menores que participaban de un picnic sobre la costa del río Paraná, como si se tratara de simples vacaciones.
Parece que Springfield también se trasladó a Santa Fe, ya que el viernes un casino clandestino fue desbaratado en Rosario. Había cuatro clientes al momento de ser allanado el lugar, tras lo que se secuestraron 20 computadoras conectadas a un mismo servidor que eran utilizadas para realizar apuestas ilegales.
Un hombre mayor, que dijo residir en ese domicilio pero no ser el dueño de la vivienda, quedó detenido por organización de juego y apuestas prohibidas, mientras que a los cuatro hombres se les formó causa por violar las normas de aislamiento social obligatorio.
Por otro lado, el sábado por la mañana, en la avenida 9 de Julio de la Ciudad de Buenos Aires, un retén policial le pidió a un conductor que acreditara con alguna documentación su vínculo con Mar del Plata, ciudad costera a la que dijo que se dirigía. "Mi mamá vive en Mar del Plata. Tengo que ir a cuidarla", aseguró el automovilista. Lo cierto es que en su techo había dos tablas de surf atadas y ningún papel que ratificara su historia familiar: al sujeto lo obligaron a volver a casa y le retuvieron el vehículo.
Clarín también contó la historia de un hombre que salió pasear por CABA y fue honesto: "Estoy paseando". Según fuentes de la Policía de la Ciudad, se trató del segundo día consecutivo en que encontraban a esta persona, de unos 60 años, en plena caminata, sin importarle la cuarentena ni su caso especial por pertenecer a un grupo de riesgo. Quedó detenido por estar en rebeldía.
En Recoleta, cerca del Museo Nacional de Bellas Artes, un runner también andaba suelto. Los agentes de seguridad le preguntaron qué estaba haciendo y él contestó que tenía la glucosa alta y necesitaba salir a hacer ejercicio. También lo obligaron a regresar a su vivienda.
El domingo al mediodía, y en pleno Boedo, un hombre sin documentación que lo exceptuara del aislamiento fue conciso: "Estoy aburrido. La cuarentena me tiene aburrido. Necesito caminar 40 cuadras y volver".
Por último, cerca de Cerro López, en Río Negro, la Policía local detuvo a una ciudadana checa y un búlgaro que acampaban. Pese a las diferencias de idioma, finalmente los efectivos establecieron la falta de justificación para estar en un espacio público. Además, los turistas aseguraron que no tenían idea de la pandemia de coronavirus. La pareja fue llevada a Bariloche, donde fijó domicilio en un hotel, desde el que cumplirá la cuarentena.